Tras más de año y medio luchando contra un cáncer y casi tres meses de operaciones y terapia intensiva, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, falleció ayer a los 58 años en Caracas. Así lo anunció a las 23,00 horas (hora española) su número dos y potencial sucesor, Nicolás Maduro, quien, previsiblemente, se presentará a las elecciones que tendrán que convocarse en un plazo máximo de 30 días.
Tras anunciar la fatal noticia, el vicepresidente pidió «canalizar» el dolor «en paz, con tranquilidad» y llamó a la unidad en un momento tal difícil. «Vamos a ser dignos herederos de un hombre gigante, como fue y como siempre será en el recuerdo el comandante Chávez», proclamó Maduro.
Horas antes, el político ya se había dirigido a la nación para adelantar que el comandante estaba pasando sus horas más difíciles desde la operación del 11 de diciembre» debido a una serie de «complicaciones».
Ante el empeoramiento del presidente, Maduro acusó a los «enemigos de la patria» de iniciar una serie de «planes conspirativos», procedentes «particularmente de Estados Unidos, la élite imperialista». También insinuó que el cáncer de Chávez era consecuencia de un ataque, precisamente, de esos «enemigos de la patria», comparando, incluso, su caso con la muerte repentina de Yaser Arafat en 2004, tras la que se especuló con un envenamiento por parte de los servicios secretos de Israel.
En un discurso televisado, después de una reunión extraordinaria de la cúpula política y militar del país, Maduro apuntó que el Gobierno de Caracas tiene «pistas» sobre esa posible agresión externa que podía haber ocasionado su enfermedad que finalmente le llevó a la muerte.
El vicepresidente, además, criticó que EEUU busca un «escenario de caos» para fomentar «la intervención militar extranjera». «Nuestra revolución, señores del imperialismo, está preparada y más fuerte que nunca», advirtió horas antes del fallecimiento.
Hugo Chávez encontró en el cáncer al único enemigo que contuvo sus aspiraciones de mantenerse en el poder al menos por 20 años para avanzar en la instauración del socialismo en Venezuela, el quinto productor de petróleo del mundo.
Con un perfil personalista, dejó en el aire su revolución bolivariana, que cosechó aplausos y rechazos en América Latina. Apuntalado en la riqueza petrolera, el mandatario impulsó proyectos de integración y acuerdos energéticos que afianzaron sus relaciones con Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Había ganado una segunda reelección en octubre de 2012 que le abrió el camino a una permanencia de dos décadas en la Presidencia, su gran sueño, antes de que la enfermedad lo fulminara y con él a su proyecto.
Chávez debía reasumir el poder el 10 de enero de 2013 para un tercer mandato hasta 2019, un horizonte que se había trazado en 1999 cuando se posesionó por primera vez. Sin embargo, las intervenciones quirúrgicas desde junio de 2011, complementadas con tratamientos oncológicos, no pudieron contener el avance de la enfermedad.
Una cuarta operación en Cuba por la recurrencia del cáncer, el 11 de diciembre, resultó definitiva. La mayor parte del proceso médico transcurrió en el círculo hermético de La Habana, donde se sentía como en casa por su amistad con los Castro.
El gobernante deja tras de sí una oculta batalla por el poder, ya que su carácter de líder omnipresente y personalista apenas dio tiempo para darle un público aval a Maduro.
Chávez luchó desde junio de 2011 con un cáncer en el abdomen.
A comienzos de ese mes, fue operado de un absceso pélvico. A fines de ese mes informó que se sometió a una cirugía para extirparle un tumor cancerígeno y en febrero pasado pasó de nuevo por el quirófano por una «recurrencia» de la enfermedad.
