El juicio por la muerte de la joven sevillana Marta del Castillo no se repetirá. Así lo decidió ayer el Tribunal Supremo (TS) que, no obstante, ordenó dictar una nueva sentencia contra uno de los imputados, Samuel Benítez, ya que considera que el razonamiento que dio la Audiencia Provincial de Sevilla a la hora de absolverlo de encubrir la desaparición y muerte en 2009 de la menor «no es lógico». Asimismo, los magistrados ratificaron la condena de 20 años de cárcel impuesta al asesino confeso Miguel Carcaño, aunque la aumentan en otros dos al atribuirle también un delito contra la integridad moral a cuenta del sufrimiento provocado a los padres de la víctima con sus constantes cambios de versión sobre el paradero del cuerpo de la joven, un dato que a día de hoy sigue sin conocerse.
La sentencia del Alto Tribunal, recogida por diversos medios digitales, pero que ayer aún no había sido notificada a las partes personadas al estar pendiente de la emisión de alguno de los votos particulares de los jueces de la Sala, confirma igualmente la absolución del hermano de Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, y de la novia de éste, María García.
El hecho de que el Supremo ordene a la Audiencia Provincial de Sevilla dictar una nueva sentencia contra Samuel Benítez, para el que durante el juicio se solicitó una pena de cinco años por los delitos de encubrimiento y contra la integridad moral, no implica que ésta tenga que ser condenatoria, sino que la Sección Séptima debe explicar y fundamentar por qué motivos considera que este imputado es inocente.
En la sentencia, la Sección Séptima concluyó que Carcaño golpeó a la víctima con un cenicero durante una discusión motivada «por razones de la relación sentimental que mantuvieron en su día», y posteriormente hizo desaparecer el cuerpo «en un lugar que se desconoce» con la ayuda del Cuco y «de al menos un tercero desconocido». Sin embargo, respecto a Samuel Benítez, argumentó que las dos versiones autoinculpatorias «se efectuaron en la Policía sin que fueran ratificadas en el Juzgado», mientras que del tráfico de llamadas se desprende que «no se puede asegurar que estuviera en León XIII (lugar donde sucedieron los hechos) en la tarde-noche del día 24 ni en las primeras horas de la madrugada del 25».
Tras conocerse el auto del Supremo, el abuelo de Marta del Castillo, José Antonio Casanueva, lamentó la información que, «de manera no oficial», le llegó a la familia y que cayó «como un jarro de agua fría».
Además, pidió una vez más a «los implicados» en el asesinato de su nieta que digan dónde está el cuerpo, ya que «lo único importante» para su familia es conocer el paradero de Marta, porque solo así «terminaría» todo el «sufrimiento y el estrés» de esta familia.
Por su parte, Antonio del Castillo, padre de la joven, no quiso analizar la sentencia, pero arremetió contra la filtración del auto, algo que calificó de «vergüenza».
