La historia atribuye a San Bernardo de Claraval la frase «De María numquam satis», (De María, nunca suficiente, en su traducción al castellano) con la que el santo quiso dar a entender su inagotable amor a la Madre de Dios. Los millares de segovianos que ayer se congregaron en el Azoguejo parecieron ayer animados por esta frase al participar activamente en el multitudinario acto de despedida de la Virgen de la Fuencisla, cuya imagen regresó ayer a su santuario tras permanecer nueve días en la Catedral para presidir el novenario en su honor y nueve meses en el Centro de Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León para ser restaurada tras el robo sacrílego de sus coronas el pasado mes de enero.
Aunque con una fría temperatura ambiental, el sol quiso estar presente en el regreso de la virgen a su hogar bajo las Peñas Grajeras y permitió dar brillantez a un acto cargado de emotividad desde las primeras horas del día.
Centenares de segovianos se dieron cita en los Jardinillos de San Roque para participar a temprana hora en el Rosario de la Aurora hasta la Catedral, que horas después también se llenó de devotos de la virgen para participar en la misa solemne en su honor celebrada por el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro a la que asistieron las autoridades locales y provinciales.
Por la tarde, camareras y cofrades prepararon a la virgen sobre su carroza tras bajarla del altar mayor de la Catedral para iniciar la procesión de regreso a su santuario pasadas las 17,25 horas, una vez concluido el rezo del Santo Rosario. Delante de la carroza, los «Jóvenes de Honor» junto a la bandera y los estandartes de la cofradía abrían la procesión acompañados por los integrantes de la Junta Rectora del santuario y de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Fuencisla. Junto a la carroza, una escuadra de alumnos de la Academia de Artillería escoltaban a la imagen, a la que también acompañaron el obispo Ángel Rubio y el Cabildo de la Catedral, la alcaldesa y damas de las fiestas, la corporación municipal con el alcalde Pedro Arahuetes, el presidente de la Diputación Francisco Vázquez, la Subdelegada del Gobierno Pilar Sanz, los parlamentarios nacionales Juan Ramón Represa, Javier Santamaría (PP) y Juan Luis Gordo (PSOE), el general director de la Academia de Artillería Alfredo Sanz y Calabria, y los jefes del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Policía Local.
A su llegada al Azoguejo, la Virgen fue recibida con un fuerte aplauso por el público que llenaba el perímetro de la plaza, así como la terraza de Santa Columba y las escaleras del Postigo. Tras el desfile de la unidad de alumnos de la Academia de Artillería que tomó parte en la procesión, el grupo de danzas «Emperador Teodosio» realizó su ya tradicional ofrenda artística ante la patrona de Segovia con una breve actuación, que quedará inmortalizada en el trabajo audiovisual que próximamente verá la luz en el que recopilarán un amplio catálogo de bailes tradicionales segovianos. Para ello, el equipo de grabación que está desarrollando este ambicioso proyecto dispuso ayer todo el operativo necesario en la plaza del Azoguejo.
El obispo Ángel Rubio tomó la palabra para poner en común el cariño de los segovianos hacia su patrona, y significó la mirada de la virgen hacia su hijo que refleja la imagen para pedir a los segovianos que «pongan también sus ojos en Cristo al igual que hizo su madre al decir «haced lo que el os diga». Asimismo, pidió la protección de la virgen para las autoridades locales y provinciales para que les ayude a «construir una sociedad más justa, equitativa y libre».
El paso de la imagen bajo el Acueducto preludio el «arco» que el grupo de danzas Emperador Teodosio elaboró a la puerta del Santuario para acoger la llegada de la imagen de la Virgen, que entró en el templo portada por el obispo de Segovia, poniendo fin así a nueve meses de incertidumbre que han servido para engrandecer aún más el apego de los segovianos hacia su patrona.
