Sin hablar de los manidos «brotes verdes», el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, mostró ayer cierto optimismo
respecto a la situación económica, instando a no dejarse llevar por el derrotismo, ya que la crisis tiene solución y «está empezando a ser superada» tanto en Europa como en España. Estas palabras coincidieron con la publicación de distintos indicadores financieros que apuntan, precisamente en esa dirección, como el aumento de la confianza de los consumidores o el descenso de la deuda de la familias a niveles de 2007.
El mandatario socialista reconoció que, a pesar de no ser capaz de poner una fecha exacta sobre cuándo se saldrá de esta precaria situación financiera, aseguró que así ocurrirá y subrayó que ya se están empezando a poner «peldaños firmes para ello» que permitirán un período de crecimiento y bienestar con bases más sólidas que las de los últimos años, para que no se las lleve una tormenta como la de 2007, que «fue muy seria».
Así, instó a «no dejarse llevar por derrotismos» y aseguró que la recesión está «empezando a ser superada» tanto por Europa como por España. «Los árboles no nos deben impedir ver el bosque», recalcó.
En cuanto al posible rescate del país por parte de la UE, el comisario de Competencia insistió en que depende del Gobierno español solicitar o no la ayuda, y señaló que considera que hay argumentos tanto para que lo pida ahora, como para que el Ejecutivo defienda que no lo necesita. El dirigente subrayó que el país cuenta con «recursos y energías más que suficientes» para superar sus problemas actuales, aunque reconoció que esto implica sacrificios y medidas que no son agradables.
Sin embargo, Almunia dejó claro que desde Europa se ve con «preocupación intensa» la elevada tasa de desempleo del 25% de la nación, y en especial el alto paro juvenil, por lo que remarcó que solucionar esta situación debe ser el principal reto de la economía española en la actualidad.
El socialista incidió en que, como demuestran las cifras del paro conocidas ayer o los últimos datos de la EPA, la situación del mercado laboral en el país es «dramática» y «muy preocupante».
En este sentido, subrayó que más allá de la cifra de un mes o de otro, el desempleo es el problema y el reto «número uno» que tienen todos los responsables públicos y privados», que deben buscar que la cifra de parados se reduzca lo antes posible, y sobre todo el paro juvenil, que es «lacerante».
Respecto a los Presupuestos del Gobierno para 2013, recalcó que demuestran los esfuerzos que se están haciendo tanto por el lado de los ingresos como por el de los gastos, aunque apuntó que las previsiones recogidas en el cuadro macro que acompaña a las cuentas para el próximo año «están un poco alejadas del consenso».
Almunia no quiso comentar si España logrará cumplir los objetivos de déficit para este año o si se podrían volver a rebajar las metas para próximos ejercicios e instó a esperar las comparecencia de mañana del comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehnm, para ver si se mantienen las recomendaciones para la economía nacional o se adaptan a las nuevas proyecciones.
En esta línea, también añadió que los presupuestos están hechos en momento de «mucha dificultad», que reflejan el impacto de la crisis, especialmente en los ingresos, por lo que no pueden atender todas las prioridades que son necesarias en la economía española.
Para respaldar las palabras de optimismo de Joaquín Almunia, y también las manifestaciones del Gobierno en las últimas semanas, ayer se conoció que la deuda de las familias volvió a bajar en el mes de septiembre y se situó en los niveles registrados antes de la crisis, en el año 2007, según datos del Banco de España.
En concreto, el déficit de los hogares españoles bajó un 0,42% en el noveno mes del año en comparación con el mes anterior y sumó 840.580 millones de euros, la cifra más baja desde junio de 2007.
En tasa interanual, la deuda de las familias cayó un 3,6% en septiembre, especialmente por el retroceso de los créditos al consumo, que descendieron un 4,7%, hasta situarse en 189.974 millones de euros. De la misma forma, el débito hipotecario bajó un 3,3% en tasa interanual y se situó en 647.782 millones de euros, lo que supone el 77,06% del endeudamiento total de los hogares.
En cuanto a las empresas, el déficit de las compañías se mantuvo prácticamente estable en relación a agosto y sumó 1,21 billones de euros, también el nivel más bajo desde noviembre de 2007.
En tasa interanual, descendió un 3,9% debido, sobre todo, a la caída del 6,1% de los préstamos de entidades de crédito residentes y préstamos titulizados fuera de balance, que se redujeron un 5,9%, hasta 792.700 millones de euros.
Crece la confianza.- La confianza del consumidor subió 1,6 puntos el pasado mes de octubre en relación al mes anterior, hasta situarse en 44,8 puntos, según anunció ayer el Centro de Investigaciones Sociológicas. Este avance del indicador, tercero consecutivo tras la subida de agosto y septiembre, es consecuencia tanto de la mejor valoración que hacen los consumidores de la situación actual, como de la mejora de las expectativas para los próximos seis meses, con alzas, respectivamente, de 1,8 y 1,5 puntos en sus valores.
No obstante, en comparación con el dato del mismo mes del pasado año, las cifras actuales son notablemente inferiores, con descensos de 7,3 puntos en el indicador de situación actual y de 31,2 puntos en el de las expectativas. Según el CIS, el mayor deterioro se produce en relación a la situación en los hogares nacionales.
Aeimismo, el 82,1% de los encuestados entiende que la situación económica actual es peor que la que tenía el país hace seis meses, mientras que el 12,3% no aprecia cambios y solo el 4,2% estima que ha mejorado. Entre las razones más apuntadas por los que afirman que la situación es peor se encuentran el alza continuada de los precios, la reducción de los ingresos familiares, y el hecho de que miembros de su hogar están o se quedarán en paro.
De cara a los próximos seis meses, los españoles no son muy optimistas, ya que solo el 19% confía en que el estado financiero será mejor, frente al 62,8% que auguran un empeoramiento del mismo y el 10,8% que no espera cambios.
