El presunto ladrón del Códice Calixtino, recuperado el miércoles y bajo custodia policial hasta su devolución al templo (prevista para este fin de semana), sustrajo además otros objetos de valor de la Seo «todos los días» durante unos 10 años, como desvelaron ayer fuentes próximas a la investigación. Un dato que explicaría el origen de los 1,2 millones de euros en metálico encontrados por la Policía en los diversos registros practicados desde el martes en las propiedades del sospechoso.
Según los investigadores, esta cantidad procedería de la venta de otras piezas robadas de igual modo (o, incluso, del propio cepillo de la basílica), ya que, junto al dinero, los agentes hallaron numerosos objetos antiguos.
Siguiendo esta misma línea de investigación, la Policía se trasladó ayer al trastero de un edificio próximo al domicilio del acusado, empleado como local de una asociación de vecinos que este presidió, para inspeccionarlo. Un lugar al que no se pudo acceder (pues fue vendido por el sospechoso a un particular), pero sobre el que se mantiene la vigilancia. No obstante, uno de los canónigos de la Catedral reconoció que el acusado «abría aquí y allá», porque tenía «llaves, además de disponer de un «cuchitril», situado en una de las torres del templo, una situación de privilegio que le permitía tener acceso a cualquier estancia hasta que fuera despedido, hace más de un año, por diferencias con el deán.
De igual modo, la propia Policía reveló que el acusado y antiguo electricista de la Seo, que podría enfrentarse a una pena de prisión de uno a tres años por un delito de hurto de un objeto de valor patrimonial, se delató a sí mismo en una conversación con los agentes, al aseverar que el libro no había sido quemado.
Así, los cuatro detenidos por el robo pasarán hoy a disposición judicial, para prestar declaración, después de que el juzgado de Instrucción número 2 de Santiago pusiera en libertad al hijo del sospechoso y a su novia.
