Israel se ha cansado de observar cómo desde Siria ataca sobre su territorio. A lo largo de la pasada semana, el régimen de Damasco lanzó varios proyectiles contra suelo hebreo y ayer, la explosión de un mortero en los Altos del Gorlán fue la gota que colmó el vaso. Por ello, fuerzas judías realizaron «disparos de advertencia» al otro lado de la frontera, en lo que se trata de la primera acción armada de Tel Aviv contra el país árabe desde la guerra de 1973.
El aviso en cuestión fue un misil contra un puesto de control militar sirio.
Fuentes del régimen de Bachar al Asad aseguraron que el artefacto que impactó contra los Altos del Golán, que no dejó víctimas ni daños materiales, «no estaba específicamente destinado contra Israel», sino que «se desvió» de su trayectoria original en el transcurso de los combates entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en la frontera.
Sin embargo, el Ejecutivo judío ya había advertido de que respondería con dureza ante cualquier amenaza procedente de la guerra civil siria.
Como ya hiciera la semana pasada, tras la incursión de tres tanques del Ejército de Damasco en su territorio, las Fuerzas de Seguridad hebreas presentaron una queja a Naciones Unidas que operan en la zona, que Israel ocupa desde 1967. En la queja, indicaron que «no tolerará disparos procedentes» del país vecino, a los que «responderá con severidad».
Este incidente tiene lugar solo horas después de que el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, avisara de que su país responderá en consecuencia si algún proyectil sirio explotara en los Altos del Golán.
«El mensaje ha sido enviado. ¿Puedo asegurar con confianza que no va caer ningún cohete? No puedo. Si cae, responderemos», declaró Barak, tras recordar al presidente al Asad que debe contener sus ataques contra los efectivos rebeldes apostados en el Golán, un territorio relativamente tranquilo durante las últimas décadas.
El pasado jueves, un mortero procedente del conflicto árabe impactó en un asentamiento judío en la región, pero finalmente no llegó a explotar.
Israel se ha mantenido al margen del conflicto, a la espera de que se dilucide algún resultado del enfrentamiento, pero incidentes como los de las últimas semanas están forzando al Gabinete de Benjamin Netanyahu a adoptar una postura cada vez más beligerante. «El problema de Siria podría convertirse en nuestro problema», declaró el jefe del Estado Mayor, el general Benny Gantz.
Mientras, los combates prosiguieron en el país, donde helicópteros del Ejérctio, respaldados por unidades de artillería, bombardearon la zona de Ras al Ain, cerca de la frontera con Turquía y capturada hace unos días por las tropas rebeldes.
Acuerdo opositor
Por otro lado, los representantes de la insurgencia contra Al Asad reunidos en Qatar alcanzaron ayer un «principio de acuerdo» para la creación de una plataforma de coalición que aglutine a todos los elementos contrarios al régimen y que llevará por nombre Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (Cnfors), que estará presidida por el activista y religioso musulmán Moaz al Jatib.
Al Jatib fue imán en la famosa Mezquita de los Omeyas de Damasco y fue encarcelado en varias ocasiones por criticar al régimen. Finalmente huyó del país este mismo año ante la escalada de represión y se estableció en El Cairo.
El nuevo organismo pretende aglutinar a los grupos contrarios a Al Asad de dentro y de fuera del país, incluidas las minorías como cristianos, alauíes o kurdos. Precisamente, los delegados kurdos apoyan la nueva iniciativa, pero han pedido tiempo para recibir la ratificación de los dirigentes que no han podido trasladarse hasta Donha.
