Son espectadores exigentes, aunque agradecidos cuando se les sabe conquistar, pero también artistas capaces de poner en pie sus propios espectáculos y ofrecérselos a sus compañeros. Titirimundi cuenta con propuestas destinadas a público de todas las edades, pero los niños son espectadores preferentes y, un año más, cuentan con su propio espacio de expresión en Titiricole.
El Patio del Conde Alpuente, en una de las casas señoriales de la plaza del mismo nombre, es la sede de esta iniciativa, que arrancó ayer con los primeros montajes y se extenderá hasta el próximo martes, 15 de mayo, con la participación de seis centros escolares, además de la agrupación ASIDOS de familiares de personas con síndrome de down.
Los encargados de abrir ayer el fuego fueron los jóvenes titiriteros salidos de las aulas del Colegio Santa Eulalia, que presentaron las aventuras de “Los ratones de don Noé”; seguidos de uno de los grupos del Colegio Fray Juan de la Cruz, que ofrecieron “El esqueleto parlante”.
Hoy viernes, el Patio del Conde Alpuente acogerá hasta tres espectáculos, a partir de las diez y media de la mañana: los estudiantes del Colegio Marqués del Arco, de San Cristóbal de Segovia, traerán al festival dos espectáculos, basados en cuentos tradicionales, “Los 8 cabritillos” y “La continuación de Blancanieves”; seguidamente, otro grupo del Fray Juan de la Cruz pondrá en escena “El gato y la gaviota”.
El lunes 14, también a partir de las diez y media, estudiantes del Colegio San José ofrecerán “Cuentos cortos para reír” y “El cuento loco”, y los miembros de la asociación ASIDOS pondrán en escena “Y nació el arcoiris”. Finalmente el martes 15, cerrando Titiricole, en el día en que se clausura el festival, estudiantes del Colegio Claret representarán “La verdadera y truculenta historia de Caperucita roja”; y un grupo del IES Marqués de Lozoya de Cuéllar, “Aprendiendo de las hormigas”.
