Una multinacional popularizó la frase «Piensa en Verde» para invitar a los consumidores a elegir su marca de cerveza, que se promociona con el color esperanza. Los creativos de Heineken han privado a la ONU del mejor eslogan para promocionar el Día Mundial del Medio Ambiente, que la Asamblea General del organismo instauró en 1972. Ayer, 5 de junio, se celebró en todo el mundo la cuadragésima edición del Día Mundial del Medio Ambiente que, en esta oportunidad, pretende resaltar la denominada ‘Economía Verde», un nuevo modelo de desarrollo que incida en la eficiencia energética y de recursos, la reducción de emisiones contaminantes y la protección de la biodiversidad.
Segovia volvió a sumarse a esta jornada y volvió a ‘pensar en verde’. Entre las iniciativas, los talleres y el espectáculo teatral que organizó la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Segovia en el Valle del Clamores; y la propuesta de profesores y alumnos del Centro Integrado de Formación Profesional, en Nueva Segovia, de crear un xerojardín aromático y culinario en uno de los patios interiores del instituto.
En ambas iniciativas, el objetivo era el mismo: sensibilizar a la población, especialmente a niños y adolescentes, en el cuidado por el medio ambiente. «Del conocimiento nace el respeto y de éste surge el cariño, que conduce al cuidado, en este caso del entorno natural de la ciudad», aseguraba ayer uno de los monitores encargados de enseñar a los escolares la riqueza del Valle del Clamores.
Más de un centenar de escolares participaron en la mañana de ayer en los tres talleres organizados por el Ayuntamiento para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente. Si en los últimos años, la Concejalía enfocó sus actividades para sensibilizar a los niños en el reciclaje, en esta oportunidad se apuesta por que los chavales conozcan y asuman la necesidad de proteger la biodiversidad que existe en la ciudad Segovia. Y el Valle del Clamores es, sin duda, uno de los más claros exponentes de la riqueza de fauna y flora de la ciudad y su entorno, según explicó la concejala de Medio Ambiente, Paloma Maroto (PSOE).
Con la colaboración de expertos de la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife y de técnicos del servicio de Parques y Jardines, los escolares de tres centros —Eresma, Santa Eulalia y Fray Juan de la Cruz—, además de un grupo de discapacitados tutelados por los Hermanos de la Cruz Blanca, participaron, por la mañana, en el Valle del Clamores en tres talleres: «Ave misteriosa», «El sonido del valle» y «El albergue recóndito».
La algarabía de los niños se unió ayer a la de los pájaros. Mientras los primeros se afanaban en buscar a las aves en el cielo y en la espesura de los árboles del Valle del Clamores, los segundos revoloteaban y cantaban ajenos a la presencia de los pequeños visitantes. En un recorrido por el valle, desde el acceso por la calle San Valentín y hasta el Arco del Socorro, los niños pudieron identificar el trino y, en muchos casos, visualizar algunas de las especies de aves que habitan el valle, como currucas, herrerillos, carboneros, petirrojos, mirlos, ruiseñores, chovas piquirrojas, palomas, vencejos o grajillas. Así, con la ayuda de uno de los monitores, los alumnos del colegio de Santa Eulalia lograron su objetivo y pudieron visualizar un mirlo en un nogal.También pudieron apreciar la múltiple variedad de especies arbóreas que crecen a la ribera del río Clamores, como sauces, castaños de indias, chopos o tilos.
El monitor invitaba a los escolares a permanecer atentos al trino. Una vez identificada la especie, con ayuda de unos prismáticos, se intentaba localizar al mirlo, ruiseñor o grajilla. En todo caso, las láminas, a todo color, con la imagen de las aves que habitan el valle, permitió a los niños conocer a los autores de los trinos.
Además de identificar las aves y sus cantos, los escolares, de cuarto y quinto de primaria, pudieron conocer las especies que anidan en la muralla, como colirrojos, palomas, chovas piquirrojas, vencejos, cernícalos, lechuzas y mochuelos.
Los monitores explicaron las actuaciones que realiza el Ayuntamiento en los monumentos para permitir que nidifiquen en ellos especies protegidas e impedir que lo hagan otras dañinas, como las palomas. En el paño de muralla más próximo al Arco del Socorro o Puerta de San Andrés, los niños, gracias a prismáticos y telescopios, pudieron observar las cajas-nido insertas en los mechinales de la fortaleza que impiden el acceso de las palomas y, permiten el anidamiento de chovas, cernícalos o vencejos. Al finalizar la visita, cada uno de los niños recibió como obsequio una gorra, una planta y un embudo, destinado, en realidad, a sus madres para que participen en el reciclado del aceite doméstico.
La labor didáctica de las actividades matutinas continuó por la tarde con un espectáculo dirigido a todos los públicos. «No hay que seguir las leyes del mercado; sino las de la naturaleza, porque aquí está la coherencia», apuntó Marisa Tejada, de la compañía «La fábrica de los sueños», que puso en escena, en el Valle del Clamores, el denominado «Espectáculo Mágico Medioambiental».
A través de la fusión del circo y el teatro, «La fábrica de los sueños» logró trasladar diferentes mensajes; todos ellos a favor del respeto y cuidado de un medio ambiente «que es de todos». Los actores recrearon a unos traviesos duendes que, alertados por la llamada del río Clamores, acudieron al valle para solucionar los principales problemas medioambientales que existen en Segovia. Al final, los geniecillos mágicos de la naturaleza, los ‘ecoduentes’, lograron que el público pudiera «pensar en verde».
