La tradicional ofrenda de frutos de la tierra a la Virgen de la Fuencisla volvió a mostrar un año más el cariño y la devoción de los segovianos hacia su patrona en uno de los actos más singulares y populares del novenario que estos días se celebra en su honor. El altar mayor de la Catedral, en el que reina la imagen de la Fuencisla, fue el epicentro de un terremoto de amor a la Virgen en el que cada cesta con frutos que llegaba a los pies de la imagen acrecentaba la onda sísmica de afecto que sin duda llegó ayer a cada rincón de la capital.
A las 17,30 horas, en el Azoguejo se daban cita los distintos colectivos y asociaciones que participaron en la ofrenda, que unidos a otras personas anónimas que también quisieron participar, formaron la alegre comitiva que a los sones de las dulzainas de la Escuela de Dulzainas llegaron hasta la Catedral a las 18,00 horas atravesando la Calle Real. En el altar mayor, esperaban a los oferentes el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro, acompañado por el presidente del Cabildo de la Catedral, Angel García Rivilla, el alcalde Pedro Arahuetes junto a varios integrantes de la corporación municipal y el senador del PP por Segovia Juan Ramón Represa.
Tras una breve salutación por parte de la presidenta de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Fuencisla, Julia González-Herrero, el jurista y responsable de la Unidad de Magistrados de la Oficina Europea Anti Fraude (OLAF), Joaquín González-Herrero fue el encargado de dar lectura a la ofrenda que, en nombre de los segovianos, pronunció una emotiva oración en forma versificada.
González-Herrero pidió la protección de la patrona de Segovia para los segovianos, y quiso poner en los símbolos de la luz, el pan y el vino las inquietudes, deseos y esperanzas de un pueblo que «cada dia abre los ojos a tu imagen y los oídos prestos están a tu mensaje». Asimismo, pidio a la Virgen que «interceda por nosotros para acabar con el mal que aquí habita, que las ciudades ocupa, las cosechas marchita y arruina el futuro de nuestros hijos».
Posteriormente, fueron pasando ante La Fuencisla todos y cada uno de los colectivos y asociaciones que participaron en la ofrenda, que fueron dejando sus presentes para que, una vez embalados y repartidos en cajas, sean entregados a las distintas entidades benéficas de la capital. En la ofrenda no faltaron las oraciones espontáneas, la música y la danza tradicional, que contribuyeron a realzar el acto.
Cerró el acto el obispo Angel Rubio, que hizo votos para que la ofrenda de frutos simbolice la unión y el afecto de todos los segovianos hacia la virgen, y que este afecto se traduzca «en un amor a Dios sin fisuras, consciente y voluntario, sabedores de que gracias a su madre podemos alcanzar su gloria».
