Observaba don Juan Carlos desde el centro de un lienzo, ejerciendo de escenario de fondo para los patronos del Alcázar, y miraban los reyes desde lo alto de su sala. Ayer era ese día que desde hace veintinueve años sirve para rendir homenaje a aquellos que han permitido, con el paso del tiempo, que la fortaleza que ellos defendieron con las espadas que aún conservan en alto, siga en pie.
De esta manera, el último presidente de su Patronato antes de que el General Sanz y Calabria le sucediese a principios de 2012 en el cargo y en el honor de hacer los honores, el General Ricardo Sotomayor, recibía un reconocimiento en forma de medalla y de palabras emocionadas de su heredero.
Con voz pausada, de mandato de trinchera, Sanz y Calabria reflejaba en su agradecimiento lo que momentos antes había resumido el Teniente General y Jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), José Emilio Roldán Pascual; todos y cada uno de los valores que convierten a los artilleros en miembros del Ejército a los que “siempre se nos ha notado que éramos artilleros”. El jefe de la UME, que comenzaba su exposición afirmando con contundencia que, pese a su largo e inabarcable currículum, “los títulos que justifican hoy mi presencia aquí son ser artillero y segoviano”, y unos minutos después rectificaba diciendo que “me debería haber presentado como militar y español”, añadía que entre las virtudes del artillero destaca su veneración por los valores éticos.
No es mentira; lo repite su himno dos veces consecutivas y lo confirman sus acciones. “Siempre unidos, siempre unidos”, entonan, para luego demostrar, como reconocía Roldán que “el compañerismo, el respeto, la atención y el espíritu de equipo” son fundamentales en un arte, el de la artillería, “que siempre ha estado al servicio de los demás”.
Tras hacer un repaso a la historia de la Academia de Segovia “mi academia, mi colegio, que siempre lo será” -confesaba- concluía entre Daoízes y Velardes de las páginas de la artillería, que aquéllos y muchos otros formados entre las paredes de la fortaleza segoviana, habían sido “auténticos héroes que han sido admirados por todos nosotros y nos han marcado el camino a seguir”.
Una senda que esperaba, continúen siguiendo muchos de los que hoy le suceden en las aulas, manteniendo el liderazgo, “los valores intelectuales y culturales, la fortaleza fidelidad y sabiduría” que siempre han bordeado a los cañones y que, para Roldán, se han perdido, como parte de los valores de los ciudadanos; no entre los militares, pero sí en la sociedad civil.
Por estos motivos la emergencia de un artillero como él, jefe de la UME a un paso de la reserva, pero siempre al servicio de la sociedad, quedaba clara desde un principio: “todas las personas debemos recuperar el orgullo de ser lo que somos”.
En la memoria.- Antes de proceder a la conferencia pronunciada por el General Roldán, el presidente del Patronato del Alcázar, el General Sanz y Calabria, hizo un repaso por todas las actividades que han tenido lugar o han formado parte del programa de eventos en los que ha participado el Patronato. De entre todos ellos, Sanz y Calabria destacó el acto de entrega de las medallas de oro del Alcázar al marqués de Lozoya, don Juan de Contreras y López de Ayala, y a Luis Felipe de Peñalosa. “Fue mi primer acto público como presidente y permanecerá grabado siempre en mi memoria”, dijo, y acto seguido añadió que “debemos cuidar muy bien todo lo que ellos nos legaron”. Entre el resto de actividades enumeradas por el General, se encontraron el espectáculo de luz y sonido en el que colaboraron los Bomberos, las obras para la instalación de la cafetería, la restauración de diferentes salas, la participación en la organización de eventos como el Festival de Segovia o la Cabalgata de Reyes, o la colaboración hoy en la Noche de Luna LLena.
