¿El humor es necesario? Para muchas personas es una muleta que ayuda a caminar por la vida, un complemento, e incluso para algunos un mero un entretenimiento. Para Antonio Madrigal es oxígeno. Es el elemento sin el que no se puede vivir ni en los buenos ni en los malos momentos.
El humorista y colaborador de EL ADELANTADO DE SEGOVIA, Antonio Madrigal, lleva cuarenta años regalando bocanadas de humor a través de las páginas del decano de la prensa segoviana y ayer brindó su arte en la ceremonia de despedida de los trabajadores del Hospital General que se han jubilado en 2012. Entre el grupo de homenajeados se encontraba su esposa María López Morillo que ha pasado 35 años trabajando en el Complejo Hospitalario (Policlínico y Hospital General).
Rodeado de profesionales de la salud, Antonio Madrigal supo mostrar y demostrar los beneficios de mantener ante la vida una sonrisa inteligente, que es como él entiende el humor. “El humor no es una risa bobalicona, es la sonrisa de quien se sabe reír de sí mismo, es una sonrisa inteligente”, comentó poco antes de iniciar la charla.
Entre las ventajas que tiene seguir una saludable dieta basada en el humor está que “puedes tomarte las cosas con distancia e inteligencia”, según remarcó el humorista gráfico, insistiendo en que se trata de una aportación muy recomendable en estos tiempos difíciles, empapados por la crisis.
En todo caso, para Antonio Madrigal el humor como el oxígeno es imprescindible durante todo el ciclo vital, “nos acompaña desde que nacemos hasta que nos morimos”.
Ante el grupo de homenajeados Madrigal recorrió su trayectoria como humorista gráfico desde los tiempos en La Codorniz, donde estuvo diez años, pasando por su trabajo en la revista satírica ‘El cochinillo feroz’, y remarcando los 40 años de colaboración que pronto cumplirá en EL ADELANTADO. Su primer chiste publicado en las páginas del diario segoviano vio la luz en septiembre de 1973 y desde entonces se ha mantenido sin interrupción la aparición de artículos, críticas de artes y viñetas del maestro Madrigal. Algunos de estos dibujos ilustraron la charla ofrecida ayer en el Hospital General en la que se demostró que instalarse en el humor es de personas inteligentes.
