La ciudadanía se muestra tajante, según los resultados del sondeo, y reclama el endurecimiento de las sanciones contra los bares que no controlan ruidos o permiten a sus clientes beber en la vía pública. Un 68,37 por ciento opina que deberían endurecerse este tipo de sanciones, mientras que un 30,35 por ciento considera que no.
Las consecuencias del impacto acústico ambiental afectan a un porcentaje importante de la población que demanda medidas contundentes para garantizar el descanso.