Los rumores sobre un posible rescate a España volvieron a planear ayer sobre los mercados, que dispararon la prima de riesgo hasta los 465 puntos básicos y hundieron la Bolsa un 3,92%, el mayor retroceso desde el pasado 2 de agosto y la cuarta caída del año, situándose en los 7.854 enteros.
La incertidumbre sobre si la factura de sanear el sector financiero computará como deuda pública propiciaba la escalada de la rentabilidad del bono español a 10 años, que ascendió hasta el 6,064%, mientras que la prima trepó 35 puntos con respecto a la apertura de la jornada.
Todos los pesos pesados cerraron en rojo, con BBVA (-4,83%) y Telefónica (-4,67%) al frente de las caídas. Repsol se dejó un 4,47% y el Santander, un 4,51%.
El rescate a los bancos españoles, cuya cantidad exacta se conocerá mañana, vuelve a generar expectación, después de que Alemania, Holanda y Finlandia se opusieran el pasado martes a la recapitalización directa de las entidades. Algo que, de concretarse, podría obligar al Ejecutivo a reclamar ayuda a Bruselas.
Ante esta incertidumbre creada, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue interrogado durante su estancia en Estados Unidos sobre si el Estado solicitará financiación a la UE. Su respuesta al respecto no fue contundente, puesto que aseguró que «en este momento no puedo contestar», subrayando que su Gabinete necesita ver si las condiciones «son razonables». Eso sí, matizó que si los intereses que paga España por su deuda soberana «siguen siendo muy altos durante mucho tiempo», hasta el punto de dañar gravemente la economía y el déficit, «puedo asegurar al 100 por 100 que pediremos la ayuda».
En esa misma intervención, Rajoy anunció que va a limitar las jubilaciones anticipadas para poder mantener la edad de retiro en los 65 años.
