Este año y contando con la entusiasta colaboración del maestro Houtart, la Real Cofradía de la Fuencisla ha organizado, con muy buen criterio, en el tiempo anterior a la novena de la tarde un concierto en el que se interpretan las obras a desarrollar más tarde en el culto, sólo al órgano, para que podamos escucharlas.
En esta ocasión se interpretaron obras del repertorio para órgano de François de Couperin, maestro del siglo XVII francés, que conoció tanto el estilo galante y ostentoso de Lully como el de Charpentier, quién le introdujo en las innovaciones de Albinoni y Corelli, con lo que su música se enriqueció en gran medida.
La música de tecla de Couperin, tanto para clave como para órgano, resultan de una inspiración muy fecunda y variada. De las numerosas misas, el maestro Houtart escogió la Misa de los Conventos, de la que interpretó tres pasajes del Kyrie muy diferentes entre sí: «Plein Jeu», fuga y un recitativo de Chromhorne, que se ha hecho famoso entre los organistas franceses y belgas por su vistosidad y emoción.
También se interpretó un «Offertoir pour les grands jeux» de la música para las parroquias que, con un aire de marcha, puso un ejemplo de música con gran aparato y alegría trasladada al teclado del órgano del evangelio. El diálogo de la voz humana trajo un aire más envolvente y que sería muy frecuente en tiempos posteriores a Couperin.
De la producción de música religiosa de Couperin hay que destacar las lecciones de tinieblas para el Viernes Santo que pudimos escuchar a las sopranos segovianas Blanca Gómez y Henar Álvarez hace ya algunos años en San Juan de los Caballeros, sesión memorable de la Semana de Música Religiosa.
Couperin fue un gran músico en su doble faceta de músico galante y orquestal, como en la de música religiosa y de teclado y con razón Maurice Ravel le dedicaría una obra de ese género tan francés que es el de los «Tombeau», tumba, como recuerdo a un maestro desaparecido.
En el día de hoy se repetirá esta iniciativa de escuchar en concierto de órgano la música que se podrá escuchar a continuación durante el rito de la tarde en la novena de la Fuencisla.
