En Segovia somos así. Llega uno de fuera, rico o pobre, que eso nos da igual, y le damos las llaves de nuestra casa para que se aposente a su antojo, se coma nuestra comida, se beba nuestra bebida y le “tire los tejos” a nuestra santa esposa, amén de dejarle criticar todo aquello que no le guste. Todo sea para que el invitado no se nos enfade y se vaya de nuestra casa feliz, y con la panza llena.
La Segoviana, desde 1928 digno representante de la ciudad por esos campos de Dios, no iba a ser menos, y lleva toda la temporada dejando que el rival que llega de fuera se aposente en La Albuera como si fuera su casa, domine el partido a base de fortaleza física, reciba un regalito en forma de gol a favor, y se lleve los tres puntos sin haber merecido (como mucho) más que uno. Ayer, la UD Salamanca no recibió un regalito de su anfitrión azulgrana, sino tres, los que necesitó para ganar a un equipo gimnástico que todavía no ha terminado de entender que el tiempo de los regalos se terminó en cuanto los Reyes Magos se volvieron a oriente a eso del mediodía del 6 de enero.
Como viene siendo habitual en los encuentros que la Segoviana juega en La Albuera, el equipo dirigido por Paco Maroto jugó un encuentro lo suficientemente digno como para haber sumado un punto ante un oponente de extraordinaria planta física, que sin embargo se mostró demasiado intermitente en su juego, sobreviviendo únicamente a base de contragolpes, ya que ni siquiera a balón parado logró explotar el poderío de sus hombres.
El conjunto charro salió presionando al azulgrana, que tardó diez minutos en crear su primera acción peligrosa, un remate desviado de Ricardo, y que por el contrario vio cómo su oponente llevó mucho peligro por las bandas. En el primer contragolpe del equipo de Pablo Zegarra, Sergio García llegó con claridad al área azulgrana, y envió el esférico a la escuadra de la portería defendida por Durán. Primera llegada, 0-1.
Como ya es tristemente habitual, en cuanto recibió el gol la Segoviana pasó a controlar el juego, para ir poco a poco llegando al área contraria. Pino tuvo el empate en un remate desde la frontal que un defensa desvió lo justo para mandar a córner, y poco más tarde fue, junto a varios de sus compañeros, el protagonista del 1-1, en una acción continuada en la que un defensa, el portero y el palo evitaron el gol local hasta que el balón le llegó a Maikel, que le puso lejos del alcance de todos.
A la Segoviana le costó un potosí poner la justicia en el marcador, pero ya con el 1-1 continuó manejando el partido, aunque la UD Salamanca siguió amenazando, que no rematando a portería, con su ambiciosa disposición en el campo, y la velocidad de sus interiores. Así, a tres minutos para el descanso Lempereur salió como una flecha al contragolpe, superó la tibia entrada de Manu, y llevó el balón hasta la frontal, donde Javi Hernández se buscó el hueco para superar a Durán. Segunda llegada, 1-2.
El único lanzamiento entre los palos de la UDS que no fue gol llegó a poco de reanudarse el partido, con un remate de Javi Hernández que Durán despejó a córner en gran intervención. Superado el susto por esa ocasión, la Segoviana volvió a llevar el peso del partido, en buena medida gracias al trabajo de Ricardo en la medular, al esfuerzo de Cajoto en el interior zurdo, y a la calidad de Pino, que tras recibir un pase de espaldas, dejó a su defensor con el molde, y puso el esférico lejos del alcance de Bernabé. Fue un gran gol que devolvió la justicia al marcador, y que puso al equipo de casa en órbita, mientras que a su oponente le entraron las dudas, porque su juego no era ni mucho menos brillante, y sólo Lempereur parecía capaz de generar peligro entrando por su banda.
Cajoto tuvo el tercero para la Segoviana, pero detuvo Bernabé, y Pino no llegó por milímetros en el segundo palo a un cabezazo de Fran. El partido estaba en el aire, pero parecía decantarse paulatinamente del lado azulgrana, hasta que Ricardo cometió uno de los escasísimos errores que tuvo en el encuentro, y vio cómo su intento de darse la vuelta con el balón controlado acabó en una rápida contra charra, que acabó con un remate cruzado de Lempereur que Durán no acertó a detener, sino sólo a despejar en corto, para que Javi Hernández remachara el 2-3.
El tiempo que quedaba se marchó en lo de siempre. Las prisas, los balones colgados, media ocasión entre un barullo de piernas… y así la Segoviana se marchó del partido con la sensación de no haber sido inferior a su oponente, que como tantos otros equipos de esta Segunda B, llegó a La Albuera, fue obsequiado con un regalito, en este caso tres, y se marchó con la victoria. El perfecto anfitrión no sale de los puestos de descenso en una categoría en la que no hay sitio para los románticos.
Jesús Alonso (Jugador de la Gimnástica Segoviana): «Tenemos que conseguir limar estos errores que nos están matando»
Cariacontecido por la derrota se encontraba Jesús Alonso, lateral derecho de la Gimnástica Segoviana, que valoraba así el encuentro, “por desgracia, parece que estamos empezando a acostumbrarnos que nos pasen estas cosas, Creo que, en líneas generales, hemos hecho un buen partido y hemos tenido nuestras ocasiones para marcar. La Unión Deportiva Salamanca es un equipo que, aunque en la clasificación no esté ahora muy arriba, no tardará en estarlo, porque por plantilla y presupuesto debería de subir muchas plazas en la tabla, pero en este partido sólo nos ha creado peligro en los contragolpes. Nosotros hemos perdonado, y ya se sabe en el fútbol lo que les pasa a los que perdonan tanto”.
El jugador abulense destacó que los tres goles de la UD Salamanca no sólo habían llegado en tres contraataques, “sino también inmediatamente después de que nosotros dispusiéramos de claras ocasiones para marcar, y que por un motivo o por otro no hemos sido capaces de culminar”.
Con el equipo de vuelta a los puestos de descenso después de no haber sumado ningún punto en los dos últimos encuentros jugados en casa, Jesús Alonso entiende que “sólo hay una receta para salir de esta situación, que es la de seguir trabajando y limar estos pequeños errores que son los que nos están matando. Seguimos estando a una victoria de la permanencia, así que las distancias no son en absoluto preocupantes”.
