Benedicto XVI pidió ayer en México que «familia, iglesia, escuela y quienes tengan responsabilidad en la sociedad» trabajen unidos para que los niños aztecas puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones. «Deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger y cuidar a la infancia, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza», subrayó.
El Pontífice saludó de este modo a unos 300 pequeños y fieles enfermos congregados en la Plaza de la Paz de la ciudad azteca de León, a los que aseguró que ocupan un «lugar importante» en su corazón, «particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre, que en estos meses, a causa de la sequía, se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones». Además, les aseguró de que no están solos y que Jesús les ayudará en los momentos difíciles.
El Santo Padre señaló a los niños, de entre seis y 17 años, a los que denominó sus «pequeños amigos» en varias ocasiones y que estaban congregados junto a otros fieles, desde el balcón de un edificio presidencial, tras realizar una visita de cortesía al presidente de México, Felipe Calderón.
Así, dirigiéndose directamente a ellos, que le interrumpieron con gritos de júbilo, les recordó que «el discípulo de Jesús no responde al mal con el mal, sino que es siempre instrumento del bien, heraldo del perdón, portador de la alegría, servidor de la unidad». «El quiere escribir en cada una de sus vidas una historia de amistad. Ténganlo, pues, como el mejor de sus aliados. El no se cansará de decirles que amen siempre a todos y hagan actos buenos», destacó.
Visita a la isla
Por otra parte, Cuba ya está preparada para la visita de Benedicto XVI. Así, el Gobierno dará libres los días en los que el Papa celebre las misas multitudinarias en Santiago y La Habana. De esta manera, todos los isleños que quieran asistir a las eucaristías podrán hacerlo con total libertad y sin que ello conlleve penalización laboral ni vacacional.
En este contexto, el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez, denunció que el régimen ha puesto en marcha una campaña de detenciones arbitrarias y amenazas contra disidentes y activistas católicos coincidiendo con la presencia del Santo Padre.
