Una placa conmemorativa, colocada en la fachada de uno de los edificios de la Casa de la Moneda, recuerda desde hoy la estrecha relación numismática e histórica entre la ciudad de Segovia y la de Hall en Tirol, la urbe tirolesa donde se fabricó, a finales del siglo XVI, el ingenio de acuñar monedas a rodillo que se instalaría en la Ceca segoviana.
Al acto acudió una amplia representación del país centroeuropeo, encabezada por el embajador de Austria en España, Rudolph Lennkh; e integrado, entre otros, por la alcaldesa de Hall en el Tirol, Eva Posch, el Conde Karl Khevenhüller-Metsch (descendiente del embajador de la corte de Viena en la España de Felipe II, el conde Hans Khevenhüller) y el director del Instituto Histórico Austriaco, Karl Rudolf. Además del alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, al acto también acudió el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, Javier López-Escobar, el secretario general de la Subdelegación, Fernando de Antonio, además de numerosos miembros de la corporación municipal, como Jesús Postigo (PP) y Luis Peñalosa (IU).
En su intervención, Arahuetes repasó los episodios históricos que unieron a ambas ciudades en el siglo XVI y cómo sus Cecas habían experimentado a lo largo de los siglos acontecimientos paralelos, de un cierto olvido hasta desembocar en sendos proyectos de rehabilitación, acabados en los últimos años. En declaraciones a los periodistas, después de descubrir la placa junto a la alcaldesa de Hall, Arahuetes resaltó que “son dos Cecas hermanas, tuvieron un pasado esplendoroso, y ahora han sido recuperadas, la de Segovia un poco más tarde (…) sus vidas son paralelas y nuestras relaciones, sobre todo a partir de 2003, son estrechas y muy fluídas”.
