“En la Junta estamos satisfechos por los resultados del año 2011, pero debemos mantenernos alerta”. Quien así se expresa es Elena Hernández, jefa del servicio de Espacios Naturales y Especies Protegidas, al referirse a la evolución de de la población de águila imperial ibérica (Aquila adalberti) en la provincia durante el pasado ejercicio.
De acuerdo a los datos que maneja el Servicio Territorial de Medio Ambiente, Segovia acogía a finales de 2011 una población de veinte parejas. Esa cifra supone que la emblemática especie “se mantiene en la provincia”. Hernández relativiza el hecho de que el censo de 2010 concluyera fijando una población de 21 parejas, una más que en 2011. “Hay una pareja que ‘baila’ entre Ávila y Segovia, ahí puede estar la diferencia; pero lo más importante es que en 2011 no se perdió ningún terreno de águila imperial”, explica la jefa del servicio de Espacios Naturales y Especies Protegidas.
De las 20 parejas establecidas en la provincia, objeto de vigilancia por parte del personal de la Junta,19 iniciaron la reproducción. El número de pollos que volaron fue de 28. Como curiosidad, en 2011 se produjeron ‘sustituciones’ en dos parejas (cambio de uno de sus dos miembros), un hecho que revela, a juicio de los expertos, la existencia de ‘ejemplares sueltos’, dispuestos a sustituir a los que mueren.
Haciendo memoria, Hernández recuerda los tiempos, todavía no tan lejanos, en los que Segovia contaba solo con ocho parejas (1999), y el “despegue” producido con posterioridad, en especial en el último lustro, que ha permitido una clara expansión de la especie. Después de que, durante años, el águila imperial ciñera su área de distribución en la provincia a la Sierra de Guadarrama, después recolonizó las llanuras, un hábitat idóneo para la especie, siempre que encuentre alimento —su dieta se basa en los conejos—, árboles para nidificar y tranquilidad, mucha tranquilidad.
“Segovia estaba en el límite de distribución de la especie, y el águila imperial ha ido colonizando hacia el norte; esto es especialmente importante porque las especies en peligro de extinción descienden precisamente por sus límites de distribución, y aquí está ocurriendo lo contrario”, explica Hernández. En ese sentido, una de las mejores noticias de 2011 ha sido que, por primera vez, se ha constatado la reproducción de una pareja en la provincia de Valladolid.
A pesar de los datos positivos sobre la evolución del águila imperial, tanto a nivel provincial como nacional, desde la Junta se sigue pidiendo “prudencia”, insistiendo en que su población no está todavía fuera de peligro de extinción, ya que el umbral para que una especie sea genéticamente viable se sitúa en 500 parejas. Y, de momento, todavía no se han superado las 300 parejas. En cualquier caso, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se insiste en la intención de continuar trabajando para incrementar la población, desde el convencimiento que “los buenos datos que ahora se registran son resultado de la labor de muchos años”, que incluye la vigilancia de las áreas de nidificación y el denominado ‘Plan de Alimentación Suplementaria’.