Tres estudiantes del campus de la Universidad de Valladolid en Segovia se encuentran en Londres como empleados de Cleanevent, la empresa que tiene encomendada la limpieza de las instalaciones de la zona olímpica. Se trata de Javier Grande (Plasencia, Cáceres), Roberto Quintana (Belorado, Burgos) y César Díez (Arriondas, Asturias). Éste útimo decidió contar la experiencia en un blog, olimpiandolondres.wordpress.com, una narración donde mezcla el humor escatológico con el relato iniciático.
Díez, que se siente “segoviano de adopción por los cinco años increíbles que en esa ciudad he vivido”, comenta que es su primera vez como bloguero y que se trata de “un proyecto simple y natural, que solamente implica contar las cosas tal y como yo las puedo interpretar”, aunque advierte que “mi visión del mundo es un poco particular, por lo que es un blog situado en los extremos del gusto”.
A través de él se puede descubrir la dureza de un trabajo con turnos de doce horas diarias y un alojamiento que el tabloide más leído de Reino Unido, el Daily Mail, llegó a comparar en su edición digital del 15 de julio con un campo de refugiados. El joven bloguero lo describe como un campamento de 200 casetas de obra apiladas sobre escombro en las que viven unas 1.500 personas. Pagan 18 libras al día por una cama y tres malas comidas, al estilo inglés. Así resume Díez su periplo en el ámbito laboral: “Creo que está siendo una experiencia única como barrendero, porque espero no tener que volverla a repetir en mi vida”.
Sin embargo, este fan confeso del deporte en general, a pesar de no haber podido asistir a ninguna competición, se considera afortunado por estar en Londres durante las Olimpiadas. De hecho, el blog está salpicado de historias sobre los encuentros con deportistas de élite de todo el mundo. Por cierto, destaca “la simpatía y la educación de los no hispano-hablantes, un lujo que ojalá algún día podamos alcanzar”, dice.
Entre bromas sobre la selección olímplica de bajamiento de acomodaciones (colocación de sillas) o el equipo español de mopización sincronizada, en el blog va descubriendo personajes como un compañero pakistaní con un acento endiablado u otro somalí que fue ‘deportado’ a trabajar solo en unos servicios toda la noche por abordar a deportistas africanos en el comedor —algo que tienen muy prohibido—. Díez habla en varias ocasiones del “Gran Luchador Afgano”, que se pasea por el comedor “luciendo espalda mastodóntica y hombros hemisféricos, buscando alguna sencilla e inocente muchacha en las casetas de comida. Es dios… Ahora mismo me hace más ilusión una foto suya que una de Gasol”, comenta en una de las entradas.
A pocos días para que finalice su trabajo de limpiador, este universitario ya piensa en regresar a España para disfrutar de unos días de descanso a finales de mes y volver a Inglaterra en septiembre donde piensa aprender, en serio, Inglés.
