La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande, se estrecharon ayer la mano ante numerosos espectadores congregados en la catedral de Reims para celebrar el 50 aniversario de la amistad franco-alemana que se selló en esta ciudad gala, emblemática para ambos países.
El 8 de julio de 1962 y en este mismo templo se reunieron el entonces dirigente germano Konrad Adenauer y su homólogo francés Charles de Gaulle, en un acto que quería cerrar heridas tras dos guerras mundiales con ambos territorios enfrentados. El encuentro de los dos estadistas desembocó, unos meses más tarde, en un pacto entre Berlín y París que, hasta la actualidad, sirve de base para la cooperación. Así, Merkel calificó la cita con Hollande de «una maravillosa muestra de la confianza mutua entre ambos pueblos». Por su parte, el mandatario galo destacó la relevancia de la estrecha cooperación bilateral en la actual crisis del euro y de la deuda pública.
«Una amistad se tiene que mantener y cuidar», explicó. «Nuestra lealtad da alas a Europa», añadió el socialista, quien aseguró que esta alianza podrá ayudar a hacer frente a los actuales desafíos, como la defensa de la moneda común o la política en materia energética.
El inquilino del Elíseo advirtió, además, de los peligros de la crisis del euro y la deuda al señalar: «Estamos ante una prueba en Europa», y no será la última, pero ésta puede constituir «una oportunidad para dar un mayor empujón con el que encontrar una nuevo inicio». El objetivo, agregó, es una «integración solidaria» en el Viejo Continente.
Además, en el acto de la celebración de la amistad franco-alemana, Merkel y Hollande inauguraron una exposición titulada Konrad Adenauer y Charles de Gaulle. De la reconciliación a la asociación franco-alemana. Posteriormente, ambos pronunciaron unas palabras ante la Seo.
Este encuentro entre los mandatarios fue el primero tras la cumbre de la UE, que el pasado mes de junio abordó la crisis de la deuda y sirvió como punto de partida para el año franco-alemán, que se inaugurará oficialmente el 22 de septiembre en Ludwigsburg. Otra cita destacada entre ambos países es la firma del Tratado del Elíseo, en enero de 2013 en Berlín.
Sin embargo, la ceremonia se vio ensombrecida por la profanación de tumbas en un cementerio francés donde hay enterrados soldados alemanes, en Saint-Etienne-à-Arnes.
El Ministerio del Interior en París indicó que en la madrugada de ayer que unas 40 cruces de madera habían sido arrancadas o derribadas de sus lápidas. Algunas de ellas fueron utilizadas para hacer un fuego, explicó la prefectura del departamento de Ardennes. No obstante, por el momento no hay pistas de los autores.
Cerca del lugar se encontraron numerosas botellas de cerveza y alcohol. El cementerio, con unas 12.000 tumbas, está situado a unos 40 kilómetros de Reims. En él, la mayoría de los muertos enterrados son alemanes.
