Más de 60 personas han muerto a causa de una ola de frío que afecta al este de Europa, cuyos Gobiernos se ven obligados a movilizar al Ejército para garantizar la distribución de alimentos y medicinas y a establecer asentamientos de emergencia para las personas sin techo, según informaron ayer las autoridades.
Las temperaturas en Ucrania alcanzaron mínimos de 33 grados bajo cero, las más frías de los últimos seis años en este país, en el que termómetro no suele descender de los 15 grados.
Al menos 30 personas, en su mayoría sin techo, murieron en Ucrania a lo largo de los últimos cinco días, según el Ministerio de Emergencias. Otros 500 ciudadanos fueron hospitalizados por congelación y por otros problemas relacionados con el frío. El Ministerio dotó 1.600 centros de acogida para dar abrigo y alimentos a las personas sin hogar.
En el este de Bosnia se registraron temperaturas de menos 31 grados y en Polonia, Rumanía y Bulgaria los termómetros bajaron de los 30 grados. Los meteorólogos adviertieron de que la ola de frío durará hasta el viernes y que las mayores nevadas caerán hoy miércoles.
Cinco personas fallecieron en Bulgaria y ocho en Rumanía, donde la semana pasada fueron movilizados los soldados para rescatar a cientos de individuos que se quedaron atrapados en sus automóviles a causa de las tormentas de nieve. El Mar Negro apareció congelado en el centro vacacional rumano de Mamaia y un lago salino situado en la frontera de Bulgaria se cubrió de hielo por primera vez en 58 años.
Aparte, cinco personas perdieron la vida la pasada noche en Polonia, elevando a 15 el número de víctimas mortales de la ola de frío que sufre este país desde el pasado fin de semana.
Al menos tres personas murieron a causa de la nieve en las regiones montañosas del sur y el sureste de Serbia, mientras que decenas de aldeas quedaron aisladas a causa de la nieve, de dos metros de espesor, que ha caído en el este de Bosnia, donde el pasado fin de semana fue localizado el cadáver congelado de un hombre.
