No le ha salido bien el Consejo Europeo al presidente español, pero Mariano Rajoy es político que suele encontrar argumentos convincentes para ver siempre la botella medio llena y no le han dolido prendas para declarar, a la hora de hacer balance, que la reunión ha sido muy positiva porque se ha alcanzado algo que perseguía el país desde hacía meses: la unión bancaria. Si se cumple lo acordado el pasado jueves en el plazo de algo más un año, esa alianza será un hecho.
Es verdad que el líder del PP, junto con Monti y Hollande, proponían esa coalición financiera como elemento básico para potenciar la UE, y también es cierto que han tenido que romper algunas de las reticencias que presentaba Merkel. Pero tanto el jefe del Gobierno español como el italiano y el francés han tenido que hacer cesiones, y han regresado de Bruselas con un calendario marcado por la canciller alemana y que era el que le convenía, que en la primavera de 2014 tendrá que presentarse y ganar las elecciones si pretende continuar en el cargo.
El trío español-franco-italiano, que han juntado fuerzas desde que Hollande fue elegido como presidente, no ha conseguido su principal objetivo: que los miembros de la UE cumplieran lo acordado en el consejo del pasado mes de junio, lo que en algunos aspectos era básico para España, pues se había aceptado la ayuda al sistema financiero nacional y, además, que el rescate se aplicara directamente a los bancos, para evitar así el incremento de la deuda de la nación.
el órgano supervisor. Esa decisión, apoyada tanto por el presidente de la UE, Van Rompuy, como por el responsable de la Comisión, Durao Barroso, fue cuestionada el pasado mes de septiembre por el trío que conforman Alemania-Holanda-Finlandia y, si han aceptado finalmente que se dé prioridad a la unión bancaria tal y como proponen Barroso, Draghi y Van Rompuy en un memorándum enviado a los jefes de Gobierno europeos, y han aceptado la creación de un supervisor bancario de la UE, algo que recoge ese informe, han logrado que en el Consejo se aparque la posibilidad de recapitalizar bancos en apuros hasta que no se haya puesto en marcha el nuevo supervisor.
En la asamblea de diciembre se aprobará oficialmente la creación del supervisor, que será el propio Banco Central Europeo, pero para convertirse en ese órgano supranacional debe iniciar un proceso de estructuración interna y asunción de competencias que se prolongará, al menos, durante un año, lo que significa que la recapitalización bancaria que puedan necesitar las entidades españolas no podría hacerse efectiva hasta 2014.
Rajoy sí ha conseguido algo importante, que se reconozca la retroactividad de los acuerdos aprobados, lo que es fundamental para el sistema financiero nacional. Pero es curioso que en el último Consejo no se haya hablado del rescate al país: se ha dado prioridad a la creación del nuevo órgano supervisor, que es el que tendrá la última palabra. ¿Significa que no habrá rescate español? No, puesto que ya se ha aprobado y en principio no debería haber problemas para que se le diera luz verde; pero, el hecho de que Merkel lo supedite a la vigilancia de un organismo que todavía no se ha creado, provoca cierta confusión.
Sin preocupación
En el Ministerio de Economía no muestran, sin embargo, excesiva preocupación. Explican que si hasta ahora no se ha pedido la ayuda era por dos motivos: el primero, para conocer el informe elaborado por la auditora Oliver Wyman sobre la banca, que ha resultado más positivo de lo esperado, ya que la UE ponía a disposición de España a través del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) hasta 100.000 millones de euros, y según la auditora no se necesitarían más de 40.000, lo que significa que, tal vez, no sea una medida tan necesaria de solicitar.
Segundo, explica también el equipo de Luis de Guindos que una de las razones de no haber solicitado el rescate era porque el presidente del Gobierno quería que previamente se aclarasen las posturas de los distintos Ejecutivos comunitarios respecto a los mecanismos de supervisión y, sobre todo, que se dieran pasos hacia la tan ansiada unión monetaria y fiscal. En ese sentido, continúan diciendo, que en la pasada reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE supone un avance muy significativo hacia esta dirección, que el Gabinete español considera pieza clave para garantizar el futuro de la eurozona e incluso el futuro de la propia Unión Europea.
Rajoy ha reiterado que no ha recibido ningún tipo de presión respecto a la petición de rescate bancario y es seguro que dice la verdad: sus compañeros de la UE están pendientes de España y de Italia, les preocupa que puedan verse en una situación tan grave como la de Grecia y Portugal, o como Irlanda en menor medida.
Pero esos compañeros comunitarios tienen hoy otras prioridades: fortalecer una UE que aparece cada vez más debilitada por la crisis económica y también porque sus instituciones no están -o estaban- a la altura de los retos que debe afrontar.
