La trigésimo segunda edición de la Feria Nacional de Artesanía de Segovia, que se celebra hasta el próximo miércoles en la avenida Fernández Ladreda, se inauguró en la mañana de ayer con la presencia de las principales autoridades y de la lluvia, aunque los artesanos confían en vencer este obstáculo y recibir durante los próximos días los miles de visitas que suele acumular este evento.
Toli Mateo, vicepresidenta del Gremio Artesanal Segoviano, explicó que este año son 52 los artesanos participantes, procedentes de toda España y representantes de prácticamente todos los oficios artesanales, desde las propuestas más tradicionales a las más vanguardistas. También reseñó que la feria ofrece la posibilidad de conseguir piezas de gran calidad a precios muy similares a las producidas en serie, además de la opción de encargar productos personalizadas al gusto del cliente.
En cuanto al mal tiempo, que según las previsiones se mantendrá en los próximos días, Mateo confió en que, “después de un mes lloviendo, los segovianos ya estén cansados de quedarse en casa y se acerquen a vernos, porque la temperatura no es mala y las casetas disponen de un pasillo techado por el que se puede pasear sin mojarse”.
Como es habitual, la feria presenta una gran variedad de productos, con un amplio abanico de precios, ofrecidos por artesanos de toda España. En esta trigésimo segunda edición hay media docena de artesanos segovianos y un buen número de castellano-leoneses, pero también expositores llegados de Galicia, Asturias, Andalucía, Extremadura o la Comunidad Valenciana.
Entre las propuestas, ganan peso disciplinas como la joyería o los trabajos textiles en detrimento de oficios como la alfarería, aunque ésta mantiene sus representantes, ofreciéndose desde los cacharros y fuentes de toda la vida, incluido un curioso asador de pollos; a las originales figuras de Tellería Lorenzo, de Redondela (Pontevedra).
El cuero sigue siendo uno de los materiales más presentes en la feria, con todo tipo de calzado, bolsos, monederos, carteras y cinturones, y también otros productos menos habituales, como cuadernos y libretas encuadernados en piel. En la joyería y metal, destacan todo tipo de trabajos en plata, en algunos casos combinados con cristal o azabache, con diseños tan delicados como los de la segoviana Ximena Walker.
Los visitantes podrán comprar también velas, jabones y cosméticos artesanales; grabados; los divertidos y coloristas títeres de guante de La tiendita; los alegres adornos en madera de Carlos C3, en los que también domina el color; o los productos de acetato de Grao Gayoso, que incluyen desde piezas de bisutería a artesanales gafas de sol.
Al acto de inauguración asistieron ayer el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, acompañado por la concejala de Cultura, Clara Luquero, y otros ediles; el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar; el vicepresidente de la Diputación Rafael Casado, y Malaquías del Pozo, de Caja Segovia. La feria permanecerá abierta hasta el miércoles, en horario de once a tres y de cinco a nueve.
Begoña Ordás y Lola Royo, dos propuestas únicas
Entre todos los expositores de esta trigésimo segunda edición de la Feria Nacional de Artesanía de Segovia destacan los de las dos artesanas que el año pasado resultaron ganadoras del Salón de Pieza Única, Lola Royo y Begoña Ordás (Sedanía Arte Textil), que cuentan con espacios propios en las casetas instaladas en la avenida Fernández Ladreda.
Lola Royo, procedente de la localidad zaragozana de Villamayor, se dedica a la cerámica contemporánea y su labor abarca diversos ámbitos, desde la realización de pequeñas esculturas a la bisutería, incluyendo el trabajo con muebles, que recupera y recicla aplicándoles tanto cerámica como pintura.
Por su parte Begoña Ordás ofrece delicadas piezas en seda y alegres trabajos en fieltro, como bolsos o gorros, aunque lo más destacado de su producción son las prendas que combinan ambos materiales, chaquetas, abrigos y chales en los que el contraste de texturas y la inspiración vegetal consiguen unos efectos sorprendentes.
