Paradinas clausuró el pasado miércoles la exposición sobre los telares del siglo XVII con escenas de la Pasión de Cristo que durante 10 días ha tenido como escenario la monumental iglesia del pueblo. Los lienzos expuestos, también conocidos como sargas, fueron pintados por el artista segoviano Luis Gómez en 1676 y desde entonces han permanecido depositados en el templo para su exhibición únicamente durante la Semana Santa. La exposición, que ha llevado por nombre ‘El Monumento’, ha merecido el reconocimiento de numerosos visitantes, sobre todo de localidades de la provincia, pese a las escasas horas en que podía permanecer abierta la iglesia y al escaso interés y apoyo institucional de los organismos provinciales encargados de su patrimonio artístico. Ha sido únicamente el pueblo de Paradinas, a través de sus asociaciones culturales, la parroquia y su Ayuntamiento lo que han propiciado esta cita artística.
Esta exposición ha permitido además mostrar al público no solo la majestuosidad de su iglesia parroquial, declarada Bien de Interés Cultural, sino también su patrimonio monumental y artístico, de valor incalculable, que causó sorpresa en cada uno de sus visitantes.
En la iglesia de Paradinas, con un gran retablo de tres cuerpos del siglo XVIII que ocupa su ábside, se exhibieron media docena de casullas con partes bordadas en oro y plata, así como cálices, vinajeras y otros objetos utilizados en la misa de los mismos metales. También su podía admirar una artística cruz plateada que figuró en la exposición de ‘Las Edades del Hombre’ que en su día se celebró en Segovia. Asimismo se expusieron una artística custodia, pendones, misales y libros religiosos antiguos y diferentes imágenes religiosas entre las que destacó una del siglo XIII que representa a la Virgen ofreciendo una manzana al Niño Jesús. También llamaron la atención las dos urnas con reliquias de los santos de cada día del año, depositadas en el altar mayor del templo.
La exposición, por otro lado, fue el capítulo principal de la Semana Cultural que durante el mes de agosto celebra cada año el pueblo. El acontecimiento permite el reencuentro de muchos hijos nacidos en la localidad, residentes fuera de ella, y a los que suelen acompañar sus descendientes. Además de actos culturales también se llevaron a cabo otros de carácter lúdico, como diferentes campeonatos, concurso de disfraces y una paella para todo el pueblo cerró la fiesta.
