El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, confirmó ayer que la posibilidad de recurrir a los fondos de rescate europeos para comprar deuda soberana de los Estados miembros en dificultad implicará «una condicionalidad estricta» y la solicitud previa del país afectado.
«Estos instrumentos, que permitirán la intervención en los mercados de bonos cuando sea necesario, debe seguir una petición del país interesado y estarán sujetos a unas cláusulas severas», confirmó Rehn en una tribuna publicada en el diario Wall Street Journal.
«Para garantizar que estos mecanismos ayuden a reducir las primas de riesgo de forma duradera, solo estarán disponibles para Estados miembros que persigan buenas políticas presupuestarias, reformas estructurales para el crecimiento y el empleo y aborden los desequilibrios macroeconómicos», precisó.
El mandatario dejó claro que «las condiciones se establecen a través de los procesos políticos establecidos entre los líderes nacionales y europeos» y «la Comisión permanece dispuesta a llevar a cabo la vigilancia de la condicionalidad estricta y eficaz tal y como sea necesario».
Además, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario saludó la disponibilidad del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, «de considerar medidas no convencionales adicionales para reparar la transmisión de la política monetaria» en la eurozona dentro de su mandato independiente y vaticinó que «el BCE seguirá siendo un ancla para la estabilidad durante toda la crisis».
Asimismo, avanzó que el fondo de rescate permanente, que los líderes europeos acordaron en julio que pudiera utilizarse para recapitalizar a la banca del Viejo Continente de forma directa una vez se cree un supervisor único europeo, estará «operativo pronto» y recordó el compromiso de Europa de «construir una unión económica genuina para complementar y reforzar» la unión monetaria.
Aunque en el caso de España, defendió las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno de Rajoy, Rehn dejó claro que «algunos países necesitan reducir todavía más sus déficit o lograr superávit para reducir su deuda externa».
Por otro lado, el BCE tampoco volvió a comprar de bonos soberanos de la eurozona durante los últimos ocho días, con lo que acumula ya 22 semanas sin adquirir deuda de la zona euro.
