La violencia en las calles de El Cairo persiste. Y es que ayer, el Ejército nacional desplegó sus tropas ante el Palacio Presidencial de su líder Mohamed Mursi con el objetivo de proteger el edificio.
«La Guardia Republicana ha iniciado esta acción en los alrededores de la sede de la Presidencia a fin de evitar daños en las oficinas, en su condición de símbolo del Estado, y del Gobierno», indicaron las autoridades egipcias.
Así, se pudo comprobar el despliegue de cinco carros de combate y de nueve vehículos acorazados de transporte de personal a manos de este Cuerpo, responsable de proteger las sedes en todo el país.
Esta acción se produjo al día siguiente de los enfrentamientos registrados frente al Palacio Presidencial entre simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, partidarios de Mursi, y los que apoyan a la oposición, contrarios al decreto que otorga poderes ilimitados al dirigente y al borrador constitucional, de marcado corte islamista y militarista.
Como consecuencia de los choques, seis personas, incluidos los miembros de Corriente Popular Mohamed Essam y Karam Gergis, un miembro de Hermanos Musulmanes y una mujer, perdieron la vida y más de 350 individuos resultaron heridos, según las cifras del Ministerio de Salud.
Y, aunque los disturbios ya cesaron, cientos de seguidores del dirigente permanecen en la explanada del Palacio.
Ésta no es la primera vez que suceden unos actos como los de ayer, ya que el pasado martes, un enfrentamiento entre los detractores de Mursi y las fuerzas de seguridad frente a dependencias presidenciales, se saldó con 27 heridos. Entonces, el líder norteafricano tuvo que abandonar el lugar por razones de seguridad.
Fragmentación
Por su parte, el jefe de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, llamó a la unidad y advirtió de que las divisiones «solo sirven a los enemigos de la nación», en referencia a los enfrentamientos.
«Nuestras fragmentaciones solo benefician a los enemigos de la nación», subrayó Badie en una declaración publicada en la web de su formación, la primera en esta crisis. Eso sí, con un doble discurso apoyaron las concentraciones en favor de su número uno.
Pero Mursi no solo tiene que lidiar con estas trifulcas, ya que el escritor y profesor cristiano copto Rafik Habib renunció al cargo de asesor del líder y a la Vicepresidencia del partido gubernamental, Libertad y Justicia, vinculado a la formación proislamista. «He decidido retirarme de cualquier actividad política, lo que incluye el adiós de cualquier función en la Presidencia y en mi formación», indicó sin precisar las causas exactas de su decisión.
