Si desde la fatídica noche del 20-N el PSOE era lo más parecido a una jaula de grillos, parece que durante este fin de semana éstos se comerán unos a otros, venciendo la selección natural. Y es que, entre hoy y mañana se celebran los congresos de las Asambleas locales, conocidos como congresillos, y donde se elegirán a los delegados que irán en dos semanas a Sevilla para elegir secretario general.
Nadie quiere sorpresas, y no parece que vaya a surgir un tercer aspirante en discordia -el militante Antonio Quero busca desesperadamente avales-, que solo puede restar votos, según los analistas, a Rubalcaba. Así, de lo que se decida entre hoy y mañana se podrá saber quién llevará el timón de la maltrecha nave socialista.
Cierto es que hasta el 4 de febrero, a las 14,00 horas, no se sabrá quién es el ganador, y lo que queda ahora, sobre todo hoy y mañana, son los rumores. Como que el jefe del PSM, Tomás Gómez -que aboga por un frente común en su Federación, presumiblemente en favor de Chacón-, ofreció el pasado jueves al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, confeccionar una lista de integración, que éste rechazó.
De todos modos, si hace 48 horas parecía que había perdido terreno la exministra, al haber logrado su rival apoyos en su PSC, hay dos datos que la favorecen. En primer lugar, la crítica del alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, «por jugar a ser neutral mientras sus colaboradores apoyan» a la extitular de Vivienda. El clima está tan enrarecido que éste no acudirá a su congresillo a fin de no acentuar la división interna.
Por otra parte, según desveló Onda Cero, el todavía secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, está llamando a muchas puertas en favor de su delfina, participando en su estrategia. De hecho, el pasado jueves cenaron con el marido de ésta, Miguel Barroso, brazo derecho del leonés durante la primera legislatura, como el otro comensal, José Andrés Torres Mora, exjefe de Gabinete. Llama la atención que Gertrudis Alcázar, su secretaria personal, y la que fue su asesora de Comunicación, Angélica Rubio, lleven trabajando para la catalana desde su mitin en Olula del Río (Almería).
«Orgullo»
Quizás haciendo un desesperado intento por recabar votos, la candidata dio un nuevo giro a su rumbo apelado al «orgullo» de ser socialista para reivindicar la gestión de Rodríguez Zapatero y de Felipe González, de quien se erigió como su niña en un mitin de campaña de las elecciones generales de 2008.
Sin embargo, desde la candidatura adversaria se asegura que el penúltimo inquilino de La Moncloa no se ha reunido en ningún momento con Rubalcaba, y solo ha mantenido un contacto hace dos semanas con su mano derecha Elena Valenciano. Ahora falta por ver si ese apadrinamiento no resulta letal a la larga, sobre todo, tras haber trascendido la noticia.
A pesar de los vientos favorables para la de Esplugas de Llobregat, uno de sus aliados, el diputado alicantino Herick Campos, desveló un problema que le preocupa y mucho, al proponer invertir el orden de los congresos del partido y que el cónclave federal se celebre después de los locales, provinciales y regionales, todo ello en un plazo de entre dos y seis meses. De ese modo, la renovación de los órganos federales se haría de abajo arriba, al revés que actualmente. Quizás Rubalcaba lo tenga todo atado y bien atado. Como se demostró con la no celebración del debate.
