Por segundo año consecutivo, el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Segovia, perteneciente a la Junta de Castilla y León, vigila y estudia la plantación del popular garbanzo de Valseca. El aumento de producción de la preciada legumbre con plantaciones a la vez más extensas requiere de una mayor vigilancia en la posible afectación de posibles orugas o mariposas que infecten las mismas.
Por este motivo, desde el Laboratorio se recomiendan una serie de labores preparatorias para proteger un cultivo tan específico como es el garbanzo de posibles plagas. Los técnicos a la vez han situado en varias parcelas distribuidas en zonas distintas del término municipal varios cebos que se quitarán cuando esté a punto de recogerse el garbanzo, en el mes de agosto aproximadamente, y así hacer un seguimiento de las parcelas.
Todo ello, para mimar un producto que esta temporada presenta un buen balance de calidad, en líneas generales, según reconocen algunos agricultores. En el aviso informativo difundido por el Laboratorio de Sanidad Vegetal se explica de forma preventiva cuál es la oruga del garbanzo (Helicoverpa armiguera).
En el mismo escrito expuesto en la fase de crecimiento de la planta, se describe la misma y su ciclo biológico. Por último, se indican las recomendaciones para su control, entre las que insiste en cuidar los bordes de las parcelas.
En la presente campaña garbancera se han sembrado más de 80 hectáreas de cultivo. Un producto que cada vez es más demandado, de hecho prácticamente fueron agotadas las existencias de la pasada campaña de los cerca de diez productores de la localidad.
Las plantaciones de garbanzos, como consecuencia de la mecanización especializada, desde hace más de diez años han ampliado su extensión, dejando atrás su recolección manual, salvo en algunos casos. La promoción de la Feria del Garbanzo que se celebra desde hace ocho años en mayo y la mecanización unidos a una mayor comercialización, han contribuido a potenciar este producto autóctono cuya tradición y calidad se conserva desde el siglo XVIII que ya era exportado a Madrid.
Hace años, la venta se realizaba en los primeros meses poscampaña, mientras que actualmente se realiza durante todo el año. “Una vez que se prueba y conoce este garbanzo gordo, blanco y lechoso se repite y extiende su consumo”, apostilla un agricultor local.