Desde la declaración del incendio forestal que este verano afectó durante varios días a los términos municipales de Real Sitio de San Ildefonso y Palazuelos de Eresma, en la Comunidad de Castilla y León, y Rascafría, en la Comunidad de Madrid, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Agricultura trabajan de forma coordinada para mitigar los daños ocasionados y acelerar la restauración de todos los elementos que configuran los ecosistemas, con el objetivo prioritario de frenar la degradación y reducir las pérdidas de suelo.
Entre los trabajos que se están llevando a cabo destaca el lanzamiento de 35 toneladas de paja de cereal desde helicópteros, en una operación que se denomina ‘mulching’ o acolchado, para evitar escorrentías de agua de lluvia y ceniza en las zonas quemadas. Los helicópteros intervienen en la zonas más escarpadas de difícil acceso donde ayer realizaron unas 30 descargas en el espacio de cuatro horas, en un trabajo que concluirá hoy. El objetivo es lanzar unas 2,5 toneladas por hectárea, con el fin de que la paja fije al terreno distintos componentes y evite escorrentías con las lluvias de este otoño.
En otras áreas, de fácil acceso, los trabajos están consistiendo en el aprovechamiento de la madera quemada, para construir fajinas en laderas que eviten que terrenos afectados sean arrastrados por las aguas, y la construcción de albarradas, una serie de presas en los cauces de los ríos, como decantador para evitar que las cenizas y partículas de suelo lleguen a los arroyos, cuyas aguas abastecen de agua potable a localidades del entorno.
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