A l reportero Muntazer al-Zaidi le cayó una pena de tres años de prisión por lanzar un zapato al entonces presidente de los EEUU, George W. Bush, durante una visita que éste último realizó a Irak, y tuvo que cumplir nueve meses en una prisión bagdalí antes de ser puesto en libertad. El Juzgado de lo Penal de Segovia ha absuelto a una joven hispanoamericana que lanzó un zapato a otra mujer latina, a quien causó lesiones en la boca con otro zapato, tras discutir por un hombre en una discoteca de la capital.
Obviamente, los personajes, el país, la legislación, los motivos y las circunstancias eran muy distintas pero en ambos casos los tribunales han admitido que un zapato puede ser un arma capaz de causar lesiones importantes.
La sentencia del juzgado segoviano, a la que ha tenido acceso EL ADELANTADO, considera que la acusada, V. J. Z. M., que se enfrentaba a una pena de cinco meses de prisión como presunta autora de un delito de lesiones, actuó en legitima defensa, eximente que la magistrada tiene en cuenta para absolverla, aunque concluye en su fallo que sí corresponde condenarla por un falta de lesiones, por la que debe indemnizar con 30 euros a la víctima.
Además, señala que hubo dos momentos; uno en el que hubo una riña aceptada y otro en el que la acusada se sintió amenazada por la otra persona e intentó defenderse. Aún así, señala que ambas sufrieron arañazos y que la otra mujer sufrió heridas en la boca por las que necesitó asistencia médica.
El origen de la riña En el transcurso del juicio, celebrado a finales de marzo, se probó que tres jóvenes latinoamericanas residentes en la provincia de Segovia se enzarzaron en septiembre de 2008 en una discusión que tuvo su origen en lo que una de ellas consideró el “acoso” o “provocación” de otra hacia el que hoy es su marido. De las palabras pasaron a las manos y finalmente acabaron en el juzgado un año y medio después.
La acusada relató durante la vista oral que aquel día estaba con su pareja, actualmente marido, en la planta baja de una discoteca de la capital segoviana cuando otra joven “empezó a abrazar y provocar” al varón, por lo que ella procedió “a retirarla” de su lado y le dijo “quédate tranquila”.
Sin embargo, lejos de tranquilizarse, la otra persistió en su actitud e incluso, acercándose más a él, le dijo cosas al oído, según su relato, motivo por el que la pareja decidió abandonar el establecimiento.
Así mismo, contó que, una vez en la calle, la joven ‘provocadora’, acompañada de una hermana, empezó a llamarla “amargada”, entre otros insultos más ofensivos y, al ver que ambas mujeres pretendían burlarse de ella “me giré y pregunté alterada y también gritando ¿me van a dejar en paz?”, momento en el que la hermana de la primera joven “se me lanzó encima”.
Comenzó así la pelea y la acusada admitió que en un momento dado lanzó un zapato hacia la otra “porque venía hacia mí”, objeto que impactó en la boca de la oponente, causándole una herida que necesitó cinco puntos de sutura. La víctima declaró en el juicio que cuando recibió el ‘zapatazo’ no tenía intención de atacar a la otra mujer.