El Viveros Herol Nava olvidó la derrota del pasado fin de semana frente al FC Barcelona logrando sumar los dos puntos en su visita al Palacio Municipal de los Deportes de Huesca, donde jugó un encuentro muy serio ante un Bada Huesca al que le puso la presión en los momentos importantes del partido, cuando tenía que culminar la remontada, llegando a empatar el marcador, pero nunca a ponerse por delante.
Hizo muchas cosas bien el Viveros Herol Nava en los primeros treinta minutos en el Palacio Municipal de los Deportes de Huesca. El trabajo de preparación del partido dio sus frutos, con el equipo bien armado en defensa protegiendo a Luis de Vega, pero sobre todo muy activo en el contragol, aprovechando que el balance defensivo del conjunto oscense no era rápido hasta el exceso.
Con Borja Méndez liderando las operaciones ofensivas, los primeros ataques segovianos vinieron a fijar a los centrales en la defensa de un Pablo Herranz que supo buscarse perfectamente los espacios para lanzar desde los seis metros. Este hecho, más el acierto de Isaías Guardiola en las acciones rápidas a las que no lograban salir a defender los jugadores los jugadores locales, vinieron a poner al Nava al mando del partido desde las primeras acciones, siempre tensando la cuerda y obligando a su oponente a doblar el esfuerzo para mantenerse en el electrónico.
El planteamiento del partido fue perfecto, con el equipo segoviano cogiendo por sorpresa al rival en el contragol en numerosas ocasiones
Superado el décimo minuto de partido, con empate a ocho goles en el marcador, el Viveros Herol vio llegado el primer momento para tratar de romper el partido con la exclusión de Ian Moya, y con un mayor esfuerzo defensivo, más un Luis de Vega que llegó a parar hasta cuatro lanzamientos desde los siete metros en esta primera parte, endosó al Bada Huesca un parcial de 0-4 que obligó a José Francisco Nolasco a parar el encuentro intentando reconducir la situación.
El técnico local cambió de portero, metiendo al húngaro Gabor Decsi en lugar de un irregular Dani Arguillas, y en un primer momento logró detener la sangría, pero sin poder limar las diferencias. Por su parte, Álvaro Senovilla comenzaba a rotar a sus jugadores, y aunque Sasha Tioumentsev salió algo frío a la pista con un par de errores consecutivos, el Balonmano Nava llegó a disponer de varios ataques para colocarse con cinco goles de diferencia.
Pero en deporte ya se sabe que si no aprovechas tus oportunidades el rival lo hará por ti, y en cuando Gabor Decsi elevó su porcentaje bajo el larguero de la meta oscense, el Bada comenzó a meterse en el partido, con Miguel Malo e Ignacio García conectando con Artur Parera en el pivote para meter en complicaciones a la defensa navera. No ayudó la primera exclusión para Luisfe Reina, la sorpresa en la convocatoria, pero el equipo visitante no se descompuso, Luis de Vega siguió a lo suyo con los lanzamientos de penalti, y a tres segundos para el descanso, tras una gran defensa, Gedeón Guardiola se marcó un caderazo desde diez metros que se convirtió en el 14-17 con el que se llegó al descanso.
LA LÓGICA REACCIÓN LOCAL
Si la primera parte había resultado más o menos plácida para el Balonmano Nava, que había liderado con solvencia el marcador, en la segunda le rodaron peor las cosas, en buena medida porque el Bada Huesca realizó un destacado esfuerzo defensivo y se encontró con un gran Gabor Decsi en la portería. Aunque a rachas, el portero húngaro sumó buenos porcentajes que impulsaron a su equipo.
El Balonmano Nava se apoyó en Mario Nevado para mantener su diferencia, y aprovechando unos momentos de dudas locales, dispuso de un par de oportunidades para colocar la renta en cinco goles con lo que se abría la puerta a romper definitivamente el partido. Pero Dani Pérez se encontró con Decsi en un lanzamiernto de siete metros que habría sido gol nueve veces de cada diez, pero el portero local sacó una pierna inverosímil cuando ya se había vencido al lado contrario y su parada significó un punto de inflexión en el encuentro, porque de los cinco goles de renta del Nava se pasó en un suspiro a una exigua renta de un solo tanto.
Subido en la ola buena y llevado por su afición, el conjunto oscense fue aprovechando su momento, marcando prácticamente en todos sus ataques mientras que Nava sufría una sequía de varios minutos. Así, a doce para el final el Bada empataba el partido a 26 y la ‘cosa’ empezaba a tener mala pinta para los segovianos.
VETERANOS AL RESCATE
Pero en ese momento surgió la veteranía de Isaías Guardiola, que realizó un encuentro muy completo y que con dos tantos prácticamente consecutivos, uno de ellos al borde del pasivo, volvió a poner al Huesca con la agonía de quien está obligado a remontar de nuevo después de haberse situado a la par, como había sucedido a lo largo de prácticamente todo el partido, pero en esta ocasión con mucho menos tiempo para conseguirlo.
Además, otro factor vino a ayudar al Balonmano Nava a ganar el encuentro. Yeray Lamariano sigue teniendo paradas en el bolsillo, y las sacó a relucir en los instantes decisivos, sobre todo con un lanzamiento desde los seis metros de Parera al que le cerró la puerta con mucha calidad.
La experiencia en los momentos decisivos del choque fue fundamental para que el Viveros Herol lograse mantener siempre la iniciativa
Guardiola y Lamariano, el primero marcando y el segundo parando, habían devuelto al Balonmano Nava la iniciativa en el encuentro, y ahora quedaba que el resto del equipo pusiera de su parte para que la victoria no se escapara. Y aunque durante algunos minutos el ataque segoviano para colocar los tres goles de renta no acertó con la portería de un Arguillas que volvió al marco para intentar salvar a su equipo, en el ataque al Bada se le apagó la luz. Y fallar varios lanzamientos consecutivos cuando vas por detrás en el marcador significa que no vas a poder remontar. De ello se encargó Mario Nevado en primera instancia, y Lautaro Robledo en segunda, cerrando el 30-33 con el que el Viveros Herol Nava cerró una valiosa victoria que le permite mantenerse en la zona alta de la tabla, seguir metiendo puntos y puestos de diferencia con el descenso, y continuar el trabajo con la tranquilidad propia de aquel a quien le están saliendo bien las cosas.
