El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, ha asegurado que el Gobierno planteará en «unos días» la reforma de la Administración local, con la que pretende ahorrar unos 3.500 millones, tal y como contempla el plan nacional de ajustes presentado a Bruselas.
El dirigente popular explicó que el objetivo de esta modificación es cambiar la «faz» administrativa de los ayuntamientos, al tiempo que incidió en que con el cambio se eliminarán competencias impropias, una de las «grandes lacras» de la Administración, se clarificará el mapa competencial y se acabará así con la prestación de servicios duplicados y las ineficiencias. Además, en esta reforma se incluirán limitaciones a los salarios de los alcaldes para que nadie crea que «por el hecho de resultar elegido uno puede hacer lo que quiera».
Beteta aseguró que este plan no pretende «en ningún caso» eliminar ayuntamientos, pero sí elevar su eficacia y eficiencia.
Además, el Gobierno quiere que los consistorios presenten, aprueben y liquiden sus cuentas en equilibrio, algo que se garantizará a través de la intervención que incluye la Ley de Estabilidad Presupuestaria, por la que las competencias de un ayuntamiento que no cumpla pasarán a ser ejercidas por las diputaciones provinciales.