Como la coletilla que popularizó al final de sus películas de Terminator, Arnold Schwarzenegger ha vuelto. Un año después de dejar el cargo de gobernador de California, de convertirse en carne de tabloide por reconocer la paternidad de un niño que tuvo con una empleada del hogar y divorciarse de su mujer, Maria Shriver, el exculturista, de 65 años, protagonizará tres películas en Hollywood en los próximos 12 meses.
Ninguna de ellas hará que el austríaco gane el Oscar. De hecho, tanto las cintas como el salario del actor son de bajo presupuesto comparado con sus éxitos mundiales de antaño. Pero los ejecutivos del estudio apuestan, sobre todo, porque los seguidores extranjeros vuelvan a respaldar a una personalidad cuyos 24 filmes generaron ventas globales de entradas por importe de 3.900 millones de dólares (unos 2.660 millones de euros).
«Sigue siendo una estrella mundial que suena para las audiencias de acción en todo el mundo», explicó Rob Friedman, copresidente del estudio Lionsgate Motion, que estará detrás de sus dos nuevos títulos: The Last Stand (La decisión final) se estrenará el 18 de enero y The Tomb (La tumba) en septiembre.
Ten (Diez), la tercera cinta, se prevé que vea la luz en enero de 2014 con Open Road Films.
«Cuando dejas la industria del cine durante siete años, volver da un poco de miedo porque no sabes si serás aceptado o no», aseveró Schwarzenegger recientemente en un evento de prensa. «Quizás haya una nueva generación de estrellas de acción que aparecieron durante este tiempo», agregó.
El actor indicó que estaba «muy gratamente sorprendido» por lo que llamó una «gran reacción» a su cameo en la película de acción de 2010 Los mercenarios, donde apareció con compañeros como Sylvester Stallone y Jason Statham. El filme recaudó 103,1 millones de dólares en la taquilla estadounidense y 274,5 millones en todo el mundo.
Desde entonces, el intérprete apareció en la segunda parte de Los mercenarios y anunció que, si se lleva a cabo, también participará en la quinta entrega de Terminator.
Universal Pictures, propiedad de Comcast, quiere «hacer un montón» de nuevas películas basadas en los 30 años de Conan el Bárbaro», señaló Schwarzenegger, que repetiría su papel. Asimismo, añadió que Universal, tras 10 años de insistencia del austríaco, también quiere hacer una segunda parte de su comedia de 1988 Los gemelos golpean dos veces, (en la que Danny DeVito y él interpretan a dos gemelos que no se parecen entre sí) que se llamará Trillizos.
Schwarzenegger ya no cobra los 25 millones de dólares que ingresaba en su apogeo y recibirá entre ocho y 10 millones de cada uno de sus tres próximos trabajos, según dos personas familiarizadas con su salario pero que no estaban autorizadas a hablar públicamente de él. El actor recibirá también un porcentaje de los beneficios.
Sus cálculos bancarios incluyen grandes recaudaciones en el extranjero, con presupuestos que son una fracción de los 200 millones de dólares que costó su última película de acción, Terminator 3: La rebelión de las máquinas, de 2003. El presupuesto para La decisión final se estima en 50 millones.
Con barriga
Lo que verá la audiencia es una vieja estrella que no tiene miedo de mostrar sus músculos caídos y una barriga más grande, bromeando tras haber pasado su mejor momento. En La decisión final, un Schwarzenegger menos fuerte interpreta a un policía retirado de Los Ángeles que se convierte en sheriff de un pequeño pueblo y a quien se le pide que frene a un violento narcotraficante.
En Diez vuelve a interpretar a un agente antidroga, y en La tumba a un viejo convicto. «Todos pasamos por los mismo dramas, nos miramos en el espejo y decimos: ¿Qué ha pasado? Antes tenía músculos y se están deteriorando lentamente», indicó Schwarzenegger. «Lo mejor de la película es que no tratamos de que interprete al héroe de acción de 35 años, sino a uno que está a punto de retirarse, y de pronto tiene ese reto», añadió.
El que una vez fuera un hombre musculado compara la metamorfosis de su carrera con la de su amigo Clint Eastwood, que pasó de sus días como Harry el Sucio a una persona más sabia que no tiene miedo de bromear de su capacidad de cometer errores en trabajos recientes, como Golpe de efecto. «A eso se le llama evolución», aseguró Stallone, que protagoniza La tumba junto a Schwarzenegger como reclusos envejecidos. «Ya no hay mamuts peludos. Las cosas cambian, pero lo único que las puede sustituir es el carisma. Ciertas personas la tienen y la tendrán hasta el día en que se mueran».
