‘La villa encantada’ notó el paso de este temporal de lluvias y muchas de las actuaciones se tuvieron que trasladar a espacios cubiertos, pero el tiempo respetó la Gran Gala de Magia del sábado por fortuna de todos. El público sabe dónde va: una gala en un marco incomparable como es el Patio de Armas del Castillo, que le da un toque más mágico aún, pero que concentra el frío más intenso del norte de la villa. Así que los cientos de personas que asistieron a esta gala fueron provistos de todo tipo de abrigos, como si de invierno se tratase, porque la temperatura era para ello. Mantas y bufandas se vieron en el público, pero la predisposición fue de disfrutar de este evento.
La cola llegó hasta los exteriores del Castillo para comenzar puntuales un show del que la mayoría del público salió encantado. Pepín Banzo fue el sustituto de El Monaguillo, el afamado cómico que se había anunciado en un principio como conductor de la gala, pero que finalmente no pudo asistir por un grave problema personal. Sirvió de atractivo para los primeros que adquirieron sus entradas, pero fue Pepín Banzo, maño y gran profesional, quien deleitó a todos con su humor entre cada uno de los números. “Soy el sustituto”, así se presentó; no obstante, dejó el listón muy alto para el que lo presente el año que viene. Banzo demonstró sus dotes como mago haciendo desaparecer un plátano, como músico tocando desde la “guitarrica” hasta la gaita, pasando por la dulzaina, y en todo momento, sus dotes como humorista. “Soy el que va ahacer las tontadas entre número y número”, así lo adelantaba, y así lo hizo. Sus “tontadas” llegaron a grandes y pequeños, y dejaron más que satisfecho al público.
Los artistas que llenaron la gala con sus números no fueron menos, pues se nota que el nivel asciende cada edición del festival. En primer lugar, el gallego Dani Polo realizó su vistoso número de sombrillas. Fueron apareciendo una tras otra en un ambiente cálido de playa, nada que ver con el real. Para el segundo número, Adrián Conde llegó con su “gran Braulio”, y un número cómico muy singular en el que un micrófono, leche e incluso fuego se combinaron para hacer reír a los espectadores, admeás de sorprenderlos. Su apariencia no fue menos, y el argentino se metió al público en el bolsillo a los pocos segundos.
En tercer lugar, volvió el Dúo Kybalion. Su espectáculo de cambios de ropa rápidos combinados con baile y mucho color ya habían visitado Cuéllar en la primera edición de ‘La villa encantada’, pero esta vez volvieron a sorprender. En cuarto lugar, Huang Zheng, desde China, llegó con un número poético y mágico que jugo con la vistosidad. Desde su maquillaje, al más puro estilo “geisha”, hasta los elementos que utilizó, con un árbol en forma de corazón llenando el escenario, contribuyeron a un show más calmado que los anteriores pero lleno de ilusión. Cartas, confeti, arena y una paloma de origami aparecieron en sus manos. Con este recorrido de países durante la noche, la gala la cerró el vasco Mago Sun, al que muchos niños conocieron por sus apariciones en Disney Channel. Sus números requirieron la ayuda del público, por el calibre de los aparatos que puso en el escenario. Desde hacer pequeña a su compañera hasta atravesar una mesa maciza, tanto los que lo comprobaron desde el escenario como desde elpúblico, quedaron sorprendidos. En otra ocasión, una cuellarana que sirvió como ayudante quedó suspendida en el aire, para sorpresa de todos. Su truco final, que sirvió de broche de oro para una gala perfecta, lo hizo introduciéndose en un tanque lleno de agua, encadenado. El escapismo, rememorando a Houdini, cerró una gala con la espectacularidad de salir del tanque y escapar de las cadenas.
Para los que no fueron vencidos por la pereza en una noche desapacible, el resultado fue muy satisfactorio, con cinco números de cinco magos de prestigio a todos los niveles. La organización puso especial empeño en que todo saliera bien esta ocasión, ya que el viento dificultó ciertos números el año anterior. El escenario de esta edición superó las dimensiones del anterior, con mayor número de paneles para la preparación entre shows, unas paredes cerradas para facilitar las intervenciones y, cómo no, la profesionalidad de los artistas.
Para el cierre del Festival, el mago catalán Mag Marín, ganador del programa Pura Magia, llenó la sala cultural para concluir este fin de semana de magia en la villa. El tiempo no ha acompañado pero los shows a cubierto sí se han llenado, y a las horas más destacadas, se ha podido continuar con el desarrollo de este magnífico festival.


