El fútbol es un juego caprichoso, en el que la diosa Fortuna se regodea campando a sus anchas por el verde. De la misma manera que te da la espalda en siete partidos consecutivos, puede llegar al octavo y sonreírte de oreja a oreja. Y, mientras eso pasa, tú sólo puedes aguantar el tirón y trabajar más si cabe para conseguir hacerte merecedor de esa sonrisa.
La Gimnástica Segoviana lo ha pasado fatal en este inicio de año, encadenando reveses de una manera tan seguida que se hacía lógico pensar que la categoría le iba a pasar por encima, llevando al equipo azulgrana desde el centro de la tabla hasta lo más bajo de la clasificación, sumando cada jornada más seguidores con la fe perdida en el cuerpo técnico, y la confianza en los jugadores.
Pero, como dicen los clásicos… “los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”. O al menos no están tan muertos como no pocos auguraban antes del encuentro que el conjunto de Ramsés Gil, de nuevo casi en cuadro, jugó en Lezama frente a un Athletic B que llegaba al partido en un momento espectacular de juego y resultados, pero que terminó perdiendo ante la fe de una Segoviana que se ha ganado a pulso esa sonrisa de la diosa Fortuna.
OLIVA ESTUVO EN SU SITIO
Dos meses y medio después el equipo logró una merecida victoria en Lezama ante un Bilbao Athletic que se quedó con diez jugadores por la expulsión con tarjeta roja directa de su cancerbero Oier Gastesi. Serios en defensa y con un portero Héctor Oliva en su sitio en tres buenas oportunidades de los vascos, los gimnásticos tuvieron la efectividad en ataque que les faltó en otras ocasiones.
Los cachorros salieron muy rápidos bajo el incesante chaparrón para intentar doblegar al equipo segoviano, pero con De la Mata y Llorente muy cerca de sus defensas, estos aguantaron bien en su parcela.
Tras unas internadas de Olabarrieta por la derecha, que siempre centraba con rosca y con peligro, llegaría la expulsión del cancerbero rojiblanco Oier Gastesi. Un balón largo a campo contrario y, a las espaldas de una defensa adelantada, provocó que Gastesi hiciera falta a Borrego a tres metros del área local. El colegiado cántabro le mostró al guardameta local el camino del vestuario.
Los vizcaínos se quedaron con diez jugadores y Borrego pareció quedar ligeramente tocado tras su encontronazo con el meta, y poco después sería sustituido. La falta terminó con una vaselina de Abel Pascual que rozó el larguero en la primera oportunidad del conjunto segoviano.
El fuerte viento, a favor de los visitantes, y la tremenda tormenta, deslucieron el juego pero no así la emoción, las ganas y los ánimos de unos y otros. Lógicamente la Segoviana se hizo con el control del juego, aunque los de Ramsés Gil no encontraban huecos ni pases en ventaja para llegar ante el portero local Mikel Santos.
FARRELL HIZO SU TRABAJO
En una contra, en el minuto 35, los cachorros dispusieron de una excelente ocasión con un tiro cruzado de Ibai Sanz, al que respondió Oliva, con una estirada y una mano inverosímil para desviar el cuero a saque de esquina.
Escasos minutos después, en un balón bombeado al área rojiblanca, Farrel lo cazó con la testa y colocó el esférico en las mallas para así adelantar a los suyos.
No se vinieron abajo los de Jokin Aranbarri y en la larga prolongación, tras otro saque de esquina provocado por un saque de falta directa de Olabarrieta, que volvió a desviar Oliva, Berlanga , en un forcejeo en el área, provocó un penalti. La perla rojiblanca, Olabarrieta, transformó el claro penalti y puso las tablas en el simultáneo.
Tras la reanudación, los de Lezama se posicionaron de nuevo en su parcela, a la espera de robar una pelota que estuvo siempre en pies de los segovianos, y salir con rapidez a la contra. El técnico local hizo dos incorporaciones para asentar su línea defensiva y luego buscar el campo rival. Mientras, los de Ramsés Gil tocaron el balón y llegaron al área de Mikel santos, pero este no sufrió porque los balones bombeados terminaron lejos de su meta.
HUGO DÍAZ, EL CAZADOR DEL GOL
Solo Berlanga, en el minuto 63, con un disparo raso y cruzado, intentó sorprender sin suerte al portero local. Lo buscaron también los cachorros y así provocaron tres saques de esquina prácticamente consecutivos y con cierto peligro. El recién incorporado Duñabeitia remató dos veces, una ligeramente desviada y la segunda se encontró de nuevo con una mano salvadora de Oliva, que evitó el tanto local.
Y, de una portería a otra, dos minutos después llegó el tanto que, a la postre, significó los tres puntos para los segovianos. En otro balón al área, llegó el fallo en el despeje la zaga rojiblanca, y Hugo Díaz se encontró un balón que lanzó con mucho criterio raso y lejos del alcance de Mikel Santos. Este gol hizo que ahora sí se lo creyeran los de la Gimnástica, que vieron cerca la victoria y que podían romper su racha negativa en Lezama. Y también así lo pensaron sus incansables seguidores, que no dejaron de animar ni un segundo a los suyos, lo que también les ayudó a conseguir la ansiada victoria. Ramsés hizo un triple cambio para dar respiro y consistencia a su tropa en el tramo final, ya que los de Aranbarri no cejaron en su empeño de buscar la igualada, aunque sin escasas ideas y de fuerzas, cerrándose el encuentro con el triunfo de la Segoviana que no le saca de los puestos de descenso, pero sí invierte la tendencia negativa del equipo, y le pone un poco más cerca de la permanencia. Sin euforias desmedidas y sin lamentos exagerados, el conjunto gimnástico demostró que sigue vivo en la competición.
