La polémica suscitada desde la pasada semana tras el anuncio de la intención del Ayuntamiento de colocar en la calle de San Juan una estatua con la figura del diablo para evocar la leyenda que le atribuye la construcción del Acueducto añade un nuevo es calón con el comunicado remitido ayer desde el Obispado de Segovia, en el que reclama a las autoridades el equilibrio entre el respeto a los signos y a la simbología religiosa con la promoción de los valores culturales de la ciudad.
En una nota de prensa, el Obispado sale a la palestra “ante las invitaciones directas e indirectas que algunos ciudadanos y cristianos han dirigido a los representantes de la diócesis pidiendo la toma de posición de ésta sobre el tema en debate”.
Así, asegura que la creencia en el diablo “forma parte de la enseñanza dogmática católica y está presente dentro de la religiosidad popular cristiana” a través de diversos nombres –satán, lucifer, diablo, demonio, príncipe de las tinieblas, acusador- “que muestran la complejidad de los estudios bíblico-teológicos y de otras ciencias sobre la demonología”.
De este modo, considera que el diablo “existe y es a la vez signo y expresión del mal, y se manifiesta de diversas formas aunque, como describe Santo Tomás de Aquino, su apariencia es espiritual e incorpórea”, y precisa que su figura “forma parte, por tanto, del acerbo religioso tanto del cristianismo como de otras confesiones.
Tras esta digresión, el obispado entra en el fondo de la cuestión y asegura que las autoridades del gobierno de la ciudad “son libres y tienen potestad para regir la vida pública, pero su tarea, además de ser coherente, ha de respetar las creencias religiosas de los ciudadanos”.
De este modo, considera que la autoridad “debería saber modelar la tensión existente entre un signo religioso y un valor cultural”, ya que la religión “es una creencia y praxis de los ciudadanos que pertenecen tanto al campo privado como público”.
Por otra parte, el obispado asegura que las autoridades de la ciudad “tienen todo el apoyo de esta institución eclesiástica para la búsqueda del bien común de los ciudadanos entre los que se encuentran los cristianos con sus propias creencias, quienes al igual que otras religiones y grupos tienen derecho a ser respetados en la manifestación de las mismas”.
La campaña supera ya las 4.000 firmas
La campaña de recogida de firmas impulsada en la plataforma change.org en contra de la instalación de la estatua del diablo continúa sumando adeptos, y al cierre de esta edición alcanza ya las 4.052 rúbricas que apoyan la iniciativa impulsada por la abogada segoviana María Esther Lázaro Arranz. En la argumentación, la abogada señala que “no quiero que el Ayuntamiento atraiga a Segovia a turistas que adoren a satán, sino a personas que admiren y adoren la verdad y nuestra realidad histórica, y no absurdas leyendas, que son mentira”. La petición fue creada hace apenas una semana, y pese a que comenzó concitando decenas de firmas diarias, el flujo de apoyos ha ido decreciendo pese a que se mantiene constante.
