El Espinar recuerda a Manolo Gea

El municipio se vuelca en el homenaje a su vecino recientemente fallecido, con una gran concentración de ciclistas y caminantes

p. lópez rincón / el espinar

Pasados ya once días del trágico fallecimiento del ciclista Manuel Gea en la Travesía de San Rafael, atropellado por un camión, sus familiares, amigos, vecinos y amantes de la bicicleta han querido rendirle un gran homenaje en el municipio, con una concentración de ciclistas y caminantes que partieron en la mañana de ayer desde la Plaza del Ayuntamiento de El Espinar hasta la Plaza de Castilla de San Rafael.

Cientos de personas de todas las edades participaron en esta concentración, lo que la familia de Gea acogió con gran alegría. Su hijo, Juan Manuel Gea, formó también parte de la comitiva ciclista que discurrió hasta San Rafael, como miembro del Club Deportivo Caloco, donde al llegar quiso dedicar unas palabras de recuerdo a su padre y de agradecimiento a todos los presentes. Miembros del club ofrecieron también a la familia un ramo de flores que colocaron en el punto exacto de la Travesía —el cruce de la N-6 y la N-603— donde Gea perdió la vida el pasado 13 de septiembre. “Se ha ido apenas a 50 metros de donde nació, donde pasó su infancia, en el cuarto donde arreglaba sus bicicletas, donde corrió sus primeras carreras; allí donde cogía impulso para subir el Alto del León con apenas 12 años”, recordaba su hijo. “Ese día no iba de ciclista, simplemente usaba la bici como medio de transporte, un adelantado a su tiempo, contribuyendo así a la ecología y a un hábito saludable”, recalcó.

Manuel Montilla, miembro del Club Deportivo Caloco y organizador del evento, asumió esta responsabilidad ya que quería formar parte del homenaje a una de las personas que llevaba más de 50 años dedicado al ciclismo, moviendo a todo el mundo para que pudiesen disfrutar de su pasión, la bicicleta. “Si en El Espinar hay ciclismo, es gracias a Manolo Gea”, aseguró. “Si algo tenemos que agradecerle es que siempre nos ha recalcado que cumplamos las normas, que seamos estrictos. Nos ha echado broncas a todos; era un cumplidor de las normas increíble, y eso es lo que nos quedamos de él”, comentó Montilla, con una sonrisa en la cara al acordarse de su compañero.

En cuanto a la situación actual de los ciclistas en la carretera, Montilla apuntó que hay que lograr una “armonía” entre todos, conductores y bicicletas. “Ni todos cumplen las normas a un lado, ni todos las cumplen al otro, aunque sí hay una cosa muy clara: el débil es el ciclista”, aseguró.

Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local de El Espinar se encargaron de controlar que todo discurriese con normalidad, sin tener que lamentar ningún accidente, acompañando tanto al grupo de ciclistas como al de caminantes durante sus trayectos, además de cortando el tráfico de la Travesía durante la llegada. El momento sin duda más emotivo fue la entrega del ramo de flores y la placa conmemorativa a la viuda de Gea, que acompañada de su hijo y sus dos hijas no pudo contener la emoción.

LA TRAVESÍA El trágico accidente del ciclista se suma así a la lista de incidentes que han tenido lugar en la Travesía de San Rafael, por la que más de 12.000 vehículos circulan a diario, tanto motocicletas y turismos como camiones pesados.

El accidente ha vuelto a abrir el debate de la travesía, ya que los vecinos del municipio están “hartos, cansados e indignados” por esta situación, como remarcaba su alcaldesa, Alicia Palomo, durante esta semana. Desde el Ayuntamiento demandan al Ministerio de Fomento que de forma urgente se desvíe el tráfico pesado de la nacional a su paso por San Rafael, para lo que dan un plazo de tres meses. Asimismo, reclaman que este desvío también sea efectivo para el tráfico ligero. Este tramo de la N-6 se encuentra entre los diez puntos de carreteras secundarias más peligrosos de toda España, con un tramo de riesgo de 11,9 kilómetros. Entre los años 2012 y 2014, cuando fue declarado punto peligroso, la travesía registró 11 accidentes, entre los que se encontraron una persona fallecida y diez heridos graves.