Cambios en el callejero segoviano (IV): Acuerdos Municipales de 2012

En el año 2012 el Ayuntamiento aprobó denominar calle Moro Escultor a la que anteriormente era calle de San Sebastián, y llamar calle Cabeza Grande al tramo de nueva apertura entre la calle Eras de Arriba y el camino de Cabezagatos en la entidad menor de Revenga, con motivo de la aprobación municipal de un proyecto de urbanización. Además, se aprobaron en el barrio incorporado de Zamarramala los nombres de las siguientes nuevas calles: Fuente del pájaro, Pregoneros, Barquilleros, Campaneros, Barberos, Lecheros y Arrieros; todas ellas han sido motivadas por nuevas urbanizaciones realizadas.

A continuación, explicaremos los pormenores de tales cambios.

CALLE DE MORO ESCULTOR

Va desde la plaza de San Sebastián a la plaza de Conde de Cheste.

Anteriormente, se denominaba calle de San Sebastián, pero su nombre fue sustituido por Moro Escultor, en homenaje al artista fallecido el 28 de enero de 2012. José María García Moro había nacido en Madrid el 25 de diciembre de 1933, aunque vivió en Segovia desde su infancia. Asistió a los cursos de la Escuela de Artes y Oficios de Segovia, donde aprendió el oficio y conocimientos sobre los materiales del profesor de escultura Toribio García Andrés, y, posteriormente, a las Escuelas Superiores de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla y de San Fernando en Madrid, donde obtuvo el título de Licenciado en Bellas Artes. Desde sus inicios Moro propone un arte innovador poco comprendido, que le obligará, para financiar su obra más vocacional, a aceptar encargos más convencionales y a dar clases como profesor. A partir de los años 60 viaja a Francia, Ibiza, Barcelona, Suiza, Puerto Rico y Nueva York, entre otras ciudades.

Segovia cuenta con bastantes de sus esculturas en muchos de sus rincones; tal es el caso del monumento al Padre Claret (1960), La Piedad (1962) escultura funeraria del panteón del anticuario “Metales”, el papa Pío XII (1963) ubicado en el jardín de las viviendas sociales de Caño Grande, el paso de la Borriquilla (1964) que procesiona todos los Domingos de Ramos, el relieve (1978) del Parador de Turismo de Segovia, el monumento a San Juan de la Cruz (1990) ubicado al inicio del paseo dedicado al santo o la estatua de Agapito Marazuela (2002) erigida en la plazuela del Socorro, entre otras. Son incontables sus exposiciones individuales o colectivas, pero lo más llamativo han sido sus intervenciones en las calles de Segovia y de otras ciudades, combinando objetos, formas y colores y haciendo partícipes a la propia ciudad y a sus habitantes. En Segovia se recuerda aquella primera experiencia en el urbanismo de las escaleras del Carmen en 1966, las “invasiones” de la conocida como plaza de las Sirenas (1977) en colaboración con la Casa del siglo XV, las “intervenciones” en la plaza Mayor (1985) con motivo de Titirimundi, a los pies del Acueducto (1990), de nuevo “invade” en 2009 la bajada del Carmen y poco antes de su muerte realiza una “instalación” en el jardín del Museo Esteban Vicente, lugar donde inició sus estudios artísticos. También ha realizado este tipo de experiencias innovadoras y transformadoras del urbanismo en ciudades como Ceuta, Valladolid, Zamora, Salamanca, Cáceres, Lisboa, Ferrara (Italia), La Coruña o Burgo de Osma.

CALLE CABEZA GRANDE

(REVENGA)

Esta calle, de nueva apertura, conecta la calle de las Eras de Arriba con el camino de Cabeza Gatos, en la entidad menor de Revenga.

La calle recibe el nombre de Cabeza Grande, que es uno de los oteros pertenecientes a la sierra de Guadarrama -con una altura de 1.428 metros sobre el nivel del mar-, situado en las proximidades del núcleo de población de Revenga.

Esta cumbre y la de Cabeza Gatos tuvieron especial protagonismo, durante la guerra civil, en la ofensiva del Ejército Popular del general Miaja y las Brigadas Internacionales, conocida como la toma de La Granja y de Segovia, que se llevó a cabo a finales de mayo y primeros de junio de 1937, culminando con el repliegue de dichas fuerzas ante la certera defensa realizada por Ejército Nacional, bajo la dirección del general Varela. Esta batalla ha quedado inmortalizada en la novela “¿Por quién doblan las campanas?”, de Ernest Heminway, que también ha sido llevada al celuloide.

CALLE DE LA FUENTE DEL

PÁJARO (ZAMARRAMALA)

Nace en la calle de la Venta Nueva y desemboca en el Camino de Bernuy.

La denominación de esta calle forma parte de la toponimia del lugar y se debe a que el trazado de la misma discurre por un paraje zamarriego conocido como la Fuente del Pájaro.

CALLE DE LOS ARRIEROS

(ZAMARRAMALA)

Es el antiguo camino de concentración parcelaria, que discurre casi en paralelo a la calle Real Baja en su margen derecha.

Esta calle recuerda a uno de los oficios desaparecidos que más caracterizaba a nuestra provincia, cual es el de los arrieros o trajinantes con bestias de carga, fundamentalmente mulas, aunque también burros, caballos y bueyes, que recorrieron casi toda la geografía del país transportando sobre sus lomos productos segovianos o trayendo mercancías de otros lugares de España.

CALLE DE LOS BARBEROS

(ZAMARRAMALA)

Tiene su inicio en la calle Real Baja y finaliza en la calle de los Arrieros, antiguo camino de concentración parcelaria.

Esta calle rememora a los barberos, que antaño se ocupaban de arreglar barbas, bigotes y cabello de los varones, aunque no se puede decir que hayan desaparecido, sino que han evolucionado hacia la estética y la peluquería.

CALLE DE LOS BARQUILLEROS

(ZAMARRAMALA)

Tiene su inicio en la calle Real Baja y finaliza en la calle de los Arrieros.

Recuerda el oficio casi desaparecido de los barquilleros, a semejanza de los castizos que vendían barquillos en las calles de Madrid, inmortalizados en la célebre zarzuela El Barquillero del maestro Chapí con libreto de José López Silva y José Jackson Veyán estrenada en 1900 en el Teatro Eldorado de Madrid. El producto que venden estos profesionales es el barquillo, que es una hoja delgada de pasta hecha con harina sin levadura y, además, azúcar o miel y, por lo común, canela, la cual en moldes calientes, suele tomar forma de canuto, más ancho por uno de sus extremos que por el otro.

CALLE DE LOS CAMPANEROS (ZAMARRAMALA)

Se inicia en la calle de los Barquilleros y finaliza en la calle de los Barberos.

Esta calle rememora el antiguo oficio de los campaneros, hoy prácticamente desaparecido por la automatización de las campanas de las iglesias. El diccionario denomina campanero a quien vacía y funde las campanas, además de la acepción más conocida de quien tiene el oficio de tocarlas. Este oficio debió de ser relevante hace años en una ciudad como Segovia con tantas iglesias, conventos y monasterios, cada uno con su campanario.